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Alemana recorre el mundo sola y en un auto del año '30

Heidi Hetzer tiene 79 años y lleva un año y 9 meses recorriendo el planeta. Perdió un dedo arreglando su auto, en Lima le diagnosticaron cáncer y en Mendoza quedó en panne. Y hace un par de días llegó a Viña del Mar.
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Claudia Carvajal R.

Antes de decidir dar la vuelta al mundo en su viejo Hudson del año '30, Heidi Hetzer reconoce que le preocupaban muchas cosas que hoy, un año nueve meses después, le parecen tan frívolas: "Siempre estaba preocupada de qué ropa ponerme, porque allá en Alemania todos te juzgan de acuerdo a cómo te ves. Y todos los días andaba con los labios pintados y ahora llevo casi dos años sin hacerlo", reconoce esta fantástica mujer de 79 años, que un día le dijo a sus hijos, "me voy a recorrer el mundo en mi auto".

Y así fue que llegó a Viña del Mar esta semana. Aunque no a bordo de su amada joyita -quedó en panne en Mendoza-, sino que en un camión que la llevó hasta el Club de Autos Antiguos de la Ciudad Jardín donde le están reparando el motor de su vehículo.

Pese al incidente, sigue con todas las ganas de seguir rumbo al sur de nuestro país y luego cruzar a Argentina por Bariloche. El plan luego es seguir hasta Buenos Aires y embarcarse a Sudáfrica. En octubre, cuando se cumplan dos años y tres meses desde que dejó su país, espera estar de regreso en su casa para planificar la gran fiesta con que espera celebrar sus 80 años.

Fanática de los autos

Heidi, o "Lady Hudson" como se ha hecho mundialmente conocida, se emociona hasta las lágrimas cuando recuerda algunas experiencias de su viaje. Aunque asegura que no es buena para llorar: "Me voy a un lado, lloro un poco y luego sigo. Porque cuando estás mal hay que hacer algo, no te puedes quedar parada".

-¿Te consideras una mujer feminista?

-Sí, un poco. Estoy feliz de ser mujer, no quiero ser un hombre. Creo que mujeres y hombres debemos hacer el mismo trabajo. No puedo esperar, porque soy mujer, que las gallinas vuelven en mi boca, tengo que trabajar y más que uno hombre para demostrar que soy capaz, pero tengo mis propios derechos y peleo por ellos, por los de todas las mujeres. En realidad eso es feminista. Pero respeto a los hombres, creo que hombres y mujeres pueden trabajar muy bien juntos, tienen diferentes ideas y si las mezclas, pueden salir muy buenas cosas.

Harto que sabe Heidi de trabajar a la par con los hombres. Antes de decidir dar la vuelta al mundo en su Hudson, emulando la travesía que Clärenore Stinnes realizó entre 1927 y 1929 arriba de un Adler Standard 6, estuvo a cargo de una concesionaria Opel que heredó de su padre. Y antes compitió en carreras de motos y luego de autos.

-¿Desde cuándo te gustan los autos?

-Toda mi vida me han gustado los autos porque mi papá los vendía. Él se movilizaba en una motocicleta y yo siempre me sentaba en el tanque, frente a él. Tuve suerte, porque mis padres no tuvieron hijos entonces yo heredé el negocio. Por eso aprendí mecánica. Conduje durante veinte años una moto y luego veinte años autos de competencia. Participé en el rally de Montecarlo y luego descubrí los autos antiguos. Recorrí la Panamericana de México en un Corvette del año 57 y desde entonces manejo autos antiguos. Ahora he recorrido 65 mil kilómetros en mi Hudson.

Nunca es tarde

Cuando ya era hora de jubilar y dejar de trabajar en su negocio, Heidi le preguntó a sus hijos si querían hacerse cargo. Ellos se negaron. ¿Qué hacer entonces? Ella optó por arrendarlo y hacer lo que siempre quiso: recorrer el mundo en auto. Ha pasado por Europa del Este, China, el Sur de Asia, Australia y Nueva Zelanda. También por Estados Unidos y México. Y antes de llegar a Chile estuvo en Bolivia, Perú y Argentina.

"Cuando viajas ves las diferencias y aprendes que necesitas menos para vivir. Yo tengo mucho en mi casa, ropa...demasiado. Hace dos años no conocía la realidad. Creo que cuando vuelva a casa creo mi vida será diferente. Pienso diferente ahora (cuando dice eso Heidi se emociona y se pone a llorar) porque vi a personas que no tienen nada y son felices. En Laos vi mujeres que no tenían nada pero eran felices. Entonces tú aprendes qué es lo importante en la vida. El dinero no es la cosa más importante.

-Tu vida antes de este viaje era muy diferente, ¿te dabas muchos lujos?

-Siempre la ropa fue importante para mí, por ejemplo. En Alemania te miran y se preocupan si repetiste el vestido. Te juzgan por tu ropa, por cómo te ves. Ahora aprendí que eso no es tan importante. No me importa lo que piensen de mí. Soy yo, es mi vida, yo tengo que hacer algo. Si no le gusto a la gente, OK. Ahora les puedo decir ¡váyanse al diablo!

-Durante el viaje te enfermaste...

-Sí, dos veces. Perdí mi dedo meñique (de la mano derecha) arreglando el auto y me quebré éste (muestra el dedo del medio, en la misma mano), pero bueno, eso ya pasó. Y en Lima fui al doctor y me dijeron que tenía ¡cáncer!. Fue un cáncer del que no te gusta hablar, porque es un tema de mujeres. Tuve cáncer a la vulva, fue algo pequeño, pero me lo tenían que sacar. Pero yo me sentía bien, no tenía cáncer. En un principio no le quería decir a mi familia, pero en Lima me dijeron que me debía operar y que me demoraría cuatro semanas en recuperarme. Pero era demasiado "español" para mí (no entendía mucho lo que le decían), así que le dije a mi hija y ella me pidió que volviera a Alemania. Tomé un avión y allá fui al doctor. En una semana estaba bien. Y un mes después volví a Lima y todo estaba bien.

-Después de todo lo vivido puedes decir que nunca es tarde para aprender, especialmente a tu edad.

-Sí, nunca es tarde para aprender. Todos los días aprendes algo nuevo, vas a aprender hasta que mueras. Pero tienes que salir, si te sientas en casa, te sientes sola, entonces mueres. Trato de decirle a la gente que por favor salgan y busquen una actividad.

"Lady Hudson" reconoce que en su viaje no ha tenido dificultades para conocer gente y hacer amigos. Lógicamente le ha ayudado mucho su auto. "Él no es nada sin mí y yo no soy nada sin él", advierte. Pero también otra curiosidad que lleva consigo a todas partes: seis carteras con forma de auto y de diferentes colores. En todos lados llaman la atención y la paran para hacerle comentarios. "Siempre me preguntan dónde las compré y les digo que en Londres. Tengo de varios colores para que combinen con la ropa. Tenía una blanca, pero me la robaron en Mendoza".

Muchas veces se ha quedado en casas de gente común y corriente que le ofrece alojamiento. "Eso es muy bueno porque aprendes más del lugar y te sientes como en casa porque cocinamos todos juntos y luego hay que lavar los platos".

Igual reconoce que extraña a su familia, a su marido, quien pasa sus días jugando golf.

-Nació uno de tus nietos mientras estabas viajando.

-Sí y ya tiene un año. No lo he podido conocer. Ahora me ve por Skype y se pregunta quién es esa mujer. Yo le dijo soy tu abuela, tu "oma". Mi nieta mayor tiene siete años y entiende, mira el mapa y ve dónde ando.

-¿Y qué harás al regresar a Alemania?

-Primero organizar mi cumpleaños número 80 para el 2017, será una gran celebración. Irá gente que conocí en el viaje. Luego iré con mi esposo a Nueva Zelanda. Yo visitaré a mis amigos y él jugará golf. Y el 2018 quiero participar en la "Great Race" (Gran Carrera) en Estados Unidos que recorre el país de costa a costa. Participaré con mi Hispano Suiza, un auto muy especial. Y luego viene el centenario de mi empresa. Si cumplo los planes de los próximos dos años está bien.

-¡Sólo te falta escribir un libro!

-Sí, lo tengo pensado, pero no lo voy a escribir yo, que otro lo haga.