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Los niños ya no están ni ahí con los payasos

"Chuchín" cuenta la difícil vida que ha debido llevar fuera de los circos. "Los papás muestran a los niños películas de payasos asesinos y ahora nos tienen miedo", dice.
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Claudio Morales S. - La Estrella Quillota - Petorca

Si bien es de Santiago, Jaime Santana recorre bien seguido distintas ciudades de la Quinta Región. Tiene familiares en La Calera, y eso le permite venir a visitarlos y, de pasadita, ganarse unas lucas como vendedor callejero.

Pero no se trata de cualquier vendedor, ya que este hombre de 51 años se pone una nariz roja, se calza coloridos ropajes y grandes zapatos y así sale caracterizado como el payaso "Chuchín". Pero su vida laboral ya no es como antes, según cuenta.

"Yo trabajé muchos años en un circo, el 'Águilas Reales', pero se acabó y ya no es difícil encontrar la estabilidad laboral que teníamos en esos tiempos", dice con nostalgia Santana.

Circos familiares

Y es que los circos ya no tienen la relevancia de antes, cuando llegaban a los pueblos y todo giraba en torno a ellos por algunos días.

"Uno se acuerda del 'Águilas Humanas', porque los dueños eran buenos patrones y le hacían contrato a los artistas", rememora este ex hombre de circo que compara ese panorama del pasado con lo que existe hoy por hoy en el mundo circense, donde para Jaime Santana y otros muchos payasos de su época, es muy difícil encontrar un lugar para trabajar.

"Ahora están el circo de 'Los Tachuelas' y el de los Mazzini, pero sólo trabajan con familiares y tienen un grupo cerrado. El otro importante es el 'Timoteo', pero ahí hacen otro tipo de espectáculo y no hay cabida para payasos tradicionales", señala "Chuchín", como una manera de explicar su ausencia en las pistas donde está el señor Corales como presentadores.

Otros caminos

Jaime Santana debió reinventarse para seguir ganándose la vida afuera de las grandes carpas.

Su espíritu aventurero lo impulsó a cruzar las fronteras para buscar la vida y aprender. "Estando en Brasil aprendí el arte del Globoflex, que es el manejo de los globos para darles distintas formas y así venderlos. Parece fácil, pero no cualquiera puede hacerlo", asegura este payaso que ahora aplana calles para vender estos globitos en forma de animales.

Niños ya no ríen

Y si Jaime Santana todavía se viste con su ropa de payaso, es un poco por costumbre y "para llamar la atención de la gente y así destacarme entre tantos que andan vendiendo".

Pero son los adultos los que todavía lo miran con admiración. Con los niños la historia es distinta. Para ilustrar esta historia, nuestro reportero gráfico intentó que algunos pequeños que andaban con sus padres posaran junto a "Chuchín". Ninguno quiso. Los grandes se entusiasmaban con el payasito simpático y le compraban algún globo con forma del Pato Donald, pero los niños no mostraban ninguna simpatía para acercarse.

"Es que a los niños ya no los llevan al circo y pasan metidos en los teléfonos y el computador. No salen ni a jugar... además, los papás le han mostrado las películas del payaso asesino. Así que ahora hasta miedo nos tienen", alega este tony, antes de concluir que "todo tiempo pasado fue mejor".