Viuda del guardia fallecido: "Ya no puedo ver el fuego"
Familiares y amigos llegaron hasta el velorio que se realiza en el Edificio Consistorial para darle el sentido pésame a la familia. La porteña, dándose ánimo, pide justicia. Los funerales se realizarán este martes en el Parque del Sendero.
En medio del velorio que se desarrolla en el Edificio Consistorial de Valparaíso, la señora Irma Soto, viuda del guardia Eduardo Lara, recuerda que este próximo 13 de septiembre iban a cumplir 50 años de casados. "Al Lalo (así el decía de cariño) lo conocí en Viña, en 11 Norte, cuando yo cuidaba niños y él trabaja como bombero de una bencinera. Pololeamos bien poco, seis meses y nos casamos. Y si no hubiera sido por esto, esta terrible desgracia, habríamos cumplido 50 años de matrimonio", sostiene con la mirada fija en el féretro.
Su hijo mayor, Walton, señala que todavía no puede asimilar lo sucedido. "Mi papá era un buen hombre y por eso me da rabia e impotencia ver cómo murió. Yo también soy guardia de seguridad y a él siempre lo veía llegar de su trabajo porque vivíamos juntos. Yo salía a mi turno y él llegaba y así nos topábamos en las semanas. La última vez que lo vi fue como decir 'ahí está mi papá' pero jamás imaginé que sería la última vez. Por eso quiero justicia", expresa a unos metros de su madre.
Muy querido
Al velorio también llega Eliana Cárdenas y su hija que se llama de la misma manera. Ambas asumen que no comparten un lazo sanguíneo, pero que a Eduardo lo quieren de todo corazón. "Yo vivía en Punta Arenas y ellos me recibieron un año en su casa y después fui su vecina más de 11 años en Montedónico. Se nos fue alguien especial, amable, siempre con sus chistes... tengo mucha rabia porque falleció alguien inocente", dice la mujer, visiblemente dolida. Su hija también está lo está. "Fue una persona importante en mi vida, el abuelito que nunca tuve. Cada vez que lo veía me daba dulces y me aconsejaba... (se quiebra) Yo lo único que pido es que atrapen al que hizo esto", declara.
La señora Irma, que sigue sentada frente al féretro, está acompañada de su sobrina María Ester. Una joven carabinera que no la deja sola en ningún momento. "La ha saludado mucha gente, desde ayer (sábado) han estado visitándola en la casa. Al tata lo quería mucha gente", señala.
En eso, el Obispo Gonzalo Duarte se presenta ante ambas y tras darle las condolencias, les comunica que la misa la va a realizar el próximo martes, a las 13.15 horas. "La vamos a hacer en la Iglesia de los Sagrados Corazones, en calle Independencia y de ahí será el funeral", les dice con un cariño.
Irma se quiebra y posteriormente relata cómo fueron los últimos momentos que compartió con su esposo. "Una semana antes de esta tragedia, mi esposo llegó con unos tremendos churrascos para comer. Íbamos a compartir nosotros junto a nuestro hijo Luis, pero al final comimos los dos solos y yo le decía que cómo me iba a comer ese tremendo sándwich. Él se reía y me decía que comiera lo que pudiera", indica riendo. Luego, la porteña se refiere a un trato que tenían hace años. "Ahí hablamos de las vacaciones que se toma en octubre y como siempre, acordamos que él iría al sur, a Talcahuano, para ver a sus familiares. Yo mientras tanto, me quedaría cuidando al Mamón y a la Yoyita (gato y perro), para que cuando él volviera yo fuera donde mis parientes. Todo para no dejar a nuestras mascotas sin comida", afirmó.
De pronto, su nieta Constanza llega a hacerle una pregunta. "Abuelita, ¿yo puedo decir unas palabras bonitas en el funeral para mi tata?", le dice con ternura. "Pero claro que sí mijita, hable todo lo que quiera", le responde con una sonrisa.
Pide justicia
La porteña, fuerte como ella sola, sigue recibiendo condolencias y abrazos. Pero en ningún momento deja de hablar de su querido esposo. "Mi Lalo era un buen hombre... por eso quiero que todas esas personas (que provocaron el incendio) se identifiquen y paguen. Si yo soy tan valiente y doy la cara para hacer las cosas, ellos también deben hacerlo. Sino, yo sería una frustrada cobarde", asevera.
Su sobrina María Ester la contiene. "Es que nadie tiene derecho de quitarle la vida a alguien y menos así. Porque... ¿quién me lo va a devolver ahora? Ya no puedo ver el fuego. Ayer (sábado) dormí a saltos y sentí que me tocaron los pies. Me despertaba, es que la forma en que pasó todo me dejó muy mal", manifiesta.
La señora Irma se pone a llorar y comparte su último recuerdo. "El último día que vi al Lalo, entre mí me dije 'ojalá no vaya a trabajar porque ha llovido torrencialmente, es feriado y seguro queda la grande en el plan'. Pero no, como le gusta trabajar, se levantó y a las siete de la mañana lo pasaron a buscar. Ahí me asomé y le dije 'Lalo, cuídate por favor, no te expongas, quédate tranquilo, no te metas en leseras' y después me entero que se está quemando su edificio. Rápidamente bajé a verlo y en el camino pensaba en las ollas del almuerzo que había dejado prendidas, pero no me importó, yo sólo quería verlo a él", declara haciendo una pausa.
"Y lo vi, pero tapado, porque se murió de asfixia", agregó.
Los funerales se realizarán este martes en el Parque del Sendero que está ubicado en el Camino La Pólvora.