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Patrimonios vivos se lucieron y recibieron el cariño de la gente

Ayer se celebró el Día del Patrimonio en la región y muchas familias aprovecharon de visitar distintos lugares que estuvieron abiertos al público gratuitamente. El favorito de todos fue el Palacio Presidencial del c° Castillo.
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Nicole Valverde S.

Los patrimonios vivos ayer se lucieron y robaron la película en el marco del Día del Patrimonio, que se celebró a nivel nacional, y que en la Región de Valparaíso tuvo diversas actividades que terminaron por convertirse en el panorama ideal para disfrutar junto a toda la familia.

En la ciudad Puerto, la atención se concentró en la Plaza Sotomayor y sus alrededores. Frente al edificio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes se realizó la "Plaza del Patrimonio Vivo", con la exhibición de oficios tradicionales, juegos para niños y niñas, degustaciones de gastronomía típica, y música en vivo: como la coqueta cueca porteña y un emotivo homenaje al fallecido músico Geraldo "Mariposa" López.

Los más felices eran los niños y niñas que pudieron jugar a la Rana, las bolitas, el trompo, la rayuela chilena y el luche. Pero la atracción más divertida para los pequeños, y también para los grandes, fue tirarse en carretón. Todos juegos típicos porteños que han ido desapareciendo de la vida en los barrios.

Portadores y cultores

Mientras algunos volvieron a ser niños divirtiéndose con los juegos, otros recorrían los puestos de los distintos portadores y cultores que fueron elegidos para mostrar sus oficios y creaciones a la comunidad.

Pero para explicar mejor estos conceptos a nuestros lectores, conversamos con Damián Duque, encargado del área patrimonial del Consejo de la Cultura.

"Nosotros hablamos de portadores y cultores. Los cultores son las personas que representan a colectivos en algo. Por ejemplo, tenemos un grupo de encuadernadores que portan la tradición artesanal de la encuadernación. También está la señora Norma, que es Mapuche, y trajo las técnicas de hilado antiguas del sur. Están presentes los suplementeros que también son un gremio antiguo y fundamental en la historia de Valparaíso", explicó Duque.

Y agregó: "Por otro lado, nos acompaña don Patricio Riquelme, que es alfarero y ceramista de Quillota. Están los primeros dulces de La Ligua, que se representan por sí mismos como una tradición culinaria de la provincia de Petorca. Y don Carlos, un playanchino de oficio carnicero, pero que además hace 60 años que fabrica los volantines más bonitos de Valparaíso".

Patrimonios

Es verdad que todos hablan de patrimonio, que se divide en tangible e intangible. Pero... ¿sabe usted cuál es la diferencia entre ambos?. Damián Duque hizo el ejemplo con los ricos dulces de La Ligua.

"Por ejemplo el dulcero en sí, como persona, tiene una práctica que termina en una cosa que es el dulce. Pero aquí la gracia es el oficio, que es lo que nosotros hoy estamos trabajando para posicionar. Son oficios antiguos que la gente lleva realizando hace muchos años, esa es la riqueza de estas personas que son portadores de una memoria heredada por sus antepasados", destacó el experto.

Sin lugar a dudas, los tesoros vivos que brillaron con fuerza el Día del Patrimonio, fueron el organillero "Tío Yeyo", Claudio Cortés; el chinchinero Juan Loyola y el querido Motemei, Carlos Martínez. Todos recibieron el cariño y reconocimiento de la gente, pero además fueron los más solicitados para la infaltable "selfie".

Fue así que se volvió a escuchar el pregón del Motemei, el último y único representante vivo de la venta de mote en la ciudad Puerto. Es que don Carlos Martínez es todo un personaje ilustre de Valparaíso. Y a pesar de que por razones de salud casi ya no puede preparar su mote y pan amasado, igual ayer se amaneció pelando mote para coserlo temprano en la mañana, y llevarlo calientito a la "Plaza del Patrimonio Vivo", donde causó furor.

Estaba en eso cuando la señora Elena Ormazábal, se le acercó para contarle que ella le compraba mote al papá del Motemei cuando pasaba por el cerro Las Cañas.

"Esto es exquisito y es muy difícil de encontrar hoy en día. Y me trae muchos recuerdos de mi infancia, porque yo cuando niña jugaba al trompo, a las pepitas, y ahora le puedo mostrar a mi familia".

Lindos recuerdos

Un poco más allá las personas se agrupaban alrededor de una música que también evocaba memorias y recuerdos vividos en la infancia de los cerros porteños.

"Estoy feliz de que todavía nos tomen en cuenta, a pesar de que cada año vamos quedando menos, aún estamos vigentes y presentes en éstas actividades que son tan importantes para la ciudad. Además, sin el reconocimiento de la comunidad nosotros no existiríamos", opinó el organillero "Tío Yeyo".

Dichos que compartió su compañero de melodías cuequeras, Juan el chinchinero, quien aprendió el oficio junto a sus primos, cuando sólo tenía 3 años.

"El primer reconocimiento es el de la gente, que nos admira por lo que hacemos. Y además, porque les evocamos recuerdos de la infancia, muchos se nos acercan emocionados para contarnos que sus papás los sacaban a la calle a ver al chinchinero y al organillero".

Y desde su tribuna de "tesoro vivo de la ciudad", Juan se tomó la atribución de mandarle un recado al Gobierno para que sea más cuidadoso con la alicaída y maltratada ciudad Patrimonio de la Humanidad.

"Creo que falta más preocupación por la cultura en general. A veces las autoridades hacen vista ciega a esos temas que van más allá de un edificio bien cuidado. Falta promover más a quienes transmiten la cultura", apuntó el chinchinero.

Resguardar y proteger

Respecto a este tema, la directora del Consejo de la Cultura, Nélida Pozo, respondió que la mayor discusión de hoy en día es el desarrollo económico y portuario de la ciudad; y por otro, resguardar y proteger el patrimonio de Valparaíso.

"En ese sentido, yo creo que lo que podemos hacer todos, es buscar el justo equilibrio a través de conversaciones y buscar las mejores soluciones para que este patrimonio no se vea dañado. Valparaíso es una ciudad que está empobrecida y abandonada, y debemos generar recursos para que se desarrolle, pero siendo respetuosa de su patrimonio".

En otros puntos de la ciudad, y otras comunas de la región, hubo quienes optaron por visitar lugares más tradicionales pero que también hablan de cultura.

Miles de personas hicieron fila bajo la lluvia para conocer el Palacio Presidencial del cerro Castillo de Viña del Mar. Muchos querían conocer dónde se aloja la Presidenta cuando visita la región de Valparaíso.

Otros en cambio, se dirigieron hasta el Molo de Abrigo para embarcarse en el Buque Escuela Esmeralda, y recorrer la "Dama Blanca". Así como también otras dependencias de la Armada, como el Edificio Armada de Chile, en Sotomayor; el Museo Marítimo Nacional, en el Paseo 21 de Mayo; entre otros.

Mientras que en los inmuebles de connotación histórica como La Aduana, se llevaron a cabo actividades divertidas para los asistentes quienes disfrutaron de bailes típicos de los siglos pasados.

Y por supuesto que los distintos museos, palacios, y casas de cultura también abrieron sus puertas y la gente llegó en masa a conocerlos. Así, todos aprendieron algo nuevo con las visitas guiadas que entregaban la información histórica necesaria para que la comunidad aprenda a valorar estos lugares que, muchas veces parecen inaccesibles, pero que ayer fueron de todos.