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Experto español desnuda a Valparaíso: "Es desordenado"

El doctor en arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid y experto en patrimonio, Juan Blanquez, estuvo en Chile y recorrió junto a La Estrella el Barrio Puerto.
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Mirian Mondaca Herrera. - La Estrella de Valparaíso

Es la décimo tercera vez que el español Juan Blanquez visita Valparaíso. Trece ocasiones en que ha intentado conocer de cerca cada recoveco de la ciudad Patrimonio de la Humanidad. Una tarea nada de sencilla si se piensa que Valparaíso se caracteriza precisamente por contar con lugares únicos en cada rincón desde el punto de vista estético y, también, desde la vereda de la interacción de los porteños con su ciudad.

Este último aspecto es el que mayor atención convoca en el Doctor en Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid que, en medio de su visita a la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Valparaíso para trabajar en conjunto el concepto de paisajes culturales, se dio un espacio en su agenda para recorrer el casco histórico de la Ciudad Puerto junto a La Estrella. Un recorrido donde el experto hizo su propio diagnóstico del estado actual del patrimonio porteño.

Visión integradora

Plaza Sotomayor es el punto de partida de la caminata de Blanquez y su ojo agudo, por las mismas calles y lugares responsables de que la ciudad haya sido declarada Patrimonio de La Humanidad por la Unesco. Allí mismo, frente a la sede del Consejo Nacional de la Cultura y Las Artes, el afamado arqueólogo y docente desenfunda su primer reparo al modo de pensar la ciudad que han tenido las autoridades en complicidad con las empresas que han apostado por instalarse en Valparaíso.

Blanquez reconoce la belleza y el valor arquitectónico de las edificaciones que rodean el lugar, sin embargo, le alarma la frialdad que algunos espacios tienen con el propio porteño, confinándolos a ciertos espacios de la ciudad y dejando de lado su integración.

Esta tendencia lleva a los nacidos y criados en el puerto a sentirse ajenos a su propia ciudad. "No se puede hacer un turismo de lujo al margen de la sociedad de Valparaíso. (...) hay que hacer una visión integradora. Acá lamentablemente pasa que lo niños tienen que ver que hay turistas que toman café en una terraza a precios que ellos no pueden pagar", comenta.

El interés del docente por esta área se fundamenta en la nueva forma de pensar el patrimonio, ya no sólo como algo tangible, sino que bajo su dimensión intangible. De hecho Blanquez prefiere hablar de paisaje cultural."porque va más allá del concepto patrimonio. El problema de Valparaíso no es el muelle solo, no es el monumento a Prat , es una visión global, que obliga a un trabajo transversal, arquitectónico, urbanístico, de restauración, educativo, de excavación".

En ese deambular de más de una década entre Madrid y Valparaíso, Blanquez ha conocido de cerca varios rincones de la Ciudad Puerto que le han llamado la atención por sus características de ser centro de reunión e interacción entre sus habitantes. Antes de continuar y guiar sus pasos hasta el destino final de este recorrido, el Mercado Puerto, el madrileño se da un respiro para declarar su admiración por otro lugar emblemático de Valparaíso: El Almendral.

Sobre el histórico barrio comercial que aún tiene el privilegio de contar con representativos edificios y concurridos lugares de reunión, el experto español asegura que para él es una de las áreas más interesantes. "No solamente son los cerros patrimonios de la Humanidad, es el conjunto global. La ciudad no es la carcasa, son los ciudadanos. Los ciudadanos viven en urbes y allí en El Almendral se vive esa interacción", señala.

No obstante, el problema que ve en este lugar y, en general, en Valparaíso, es que las personas hacen suyo ese espacio, pero "cerrándose en sí mismo".

Para Blanquez, ese es uno de los grandes problemas en Valparaíso. "El problema es colectivo, no se puede tener un barrio bien y al lado un barrio mal. Eso no tiene lógica, porque entonces el barrio mal se queja y rayará y despreciará el barrio bien. Es una actuación global, educativa, formativa, de limpieza, de información, de difusión de la cultura, de muchas cosas y de mantenimiento en el tiempo", agrega.

Directo al Mercado

Tras llevar sus pasos por los rincones que alguna vez vieron el auge de Valparaíso como el principal puerto del Pacífico Sur, y con la mente puesta en llegar a la parada final del recorrido, el Mercado Puerto, Blanquez repara en un aspecto que le parece urgente mejorar, sobretodo si se trata de una ciudad que está en la categoría de Patrimonio de la Humanidad: su desconcertante tráfico.

Para el español, como se desenvuelve el tráfico hoy es día es un problema que atenta contra el trato diario de los habitantes de un lugar. "El concepto tráfico tiene el problema que altera mucho la convivencia, que es un problema muy difícil pero tendrán que enfrentarse a él", comenta Blanquéz.

En esta misma línea, el español destaca lo que ocurre en el Viejo Continente con ciudades que pertenecen a la misma categoría que Valparaíso.

"La experiencia dice que en Europa los cascos históricos, las ciudades históricas patrimoniales tienen que tener unas normativas especiales y unos impuestos especiales. Un trataniento especial. Son normas diferentes", asegura el docente.

Considerando este aspecto, Blanquez confiesa que a su juicio, "si tuviera que decir una palabra y que nadie se moleste, es desordenado. Hay mucho desorden, no por la indiferencia, sino que por la complejidad", aclara.

En este sentido, considera que la coordinación es un aspecto básico que se debe trabajar, desde las universidades, los municipios y las organizaciones sociales, todos ellos bajo un organismo rector que es el Estado. "La magnitud exige su presencia como un elemento más para favorecer la ordenación de tantas piezas", afirma.

Ya en destino, el Mercado Puerto, el madrileño se anima a dar una posible solución para el ordenamiento de la ciudad y la revalorización de los porteños con su entorno. "Sería ideal que en el mediano plazo se integraran eficazmente los sistemas de transporte público de la ciudad, darles mayor importancia aún.

Respondiendo a este necesidad de ordenar la ciudad, Blanquez agrega que "el tráfico no puede ir por libre, habrá que ordenarlo, fomentar el transporte público, habrá que racionalizar. Por ejemplo, que con pagar un mismo ticket tengas la posibilidad de subirte a un microbús, luego pasarse a un trolebús y terminar usando un funicular sería una estupenda opción", afirma mientras se regocija con el entorno del Mercado Puerto y los locatarios que esperan a que finalice la restauración para recuperar el lugar que el terremoto del 2010 les arrebató. "La interacción acá es maravillosa, arreglado y ordenado este lugar será un lujo", recomienda a ojos cerrados.