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40 asaltos al día en el Barrio Puerto

Los pocos comerciantes que quedan en el barrio dicen estar de manos atadas y en completo abandono.
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Nicole Valverde S.

Al parecer nadie pone atajo al problema de la delincuencia en el Barrio Puerto. Ayer se publicó en este Diario una carta donde una lectora relataba la experiencia que vivió su esposo tras sufrir un asalto en calle Bustamante y a plena luz del día.

En el comunicado la señora Ana María Guzmán también criticaba la ausencia de Carabineros en el sector. Lo que hace mucho más vulnerables a quienes transitan a diario por el alicaído barrio.

Es por eso que fuimos hasta la Plaza Echaurren para conversar con los comerciantes que trabajan en los alrededores; y así rescatar sus apreciaciones sobre un tema que, por lo demás, ellos vienen denunciando desde hace bastante tiempo.

"abandonados"

Carlos Fierro, es el dueño del emblemático bar restaurante Liberty. Y ha sido uno de los comerciantes que se ha visto más afectado por los robos a su local.

Hoy dice que tocó todas las puertas habidas y por haber. Recurrió a la Municipalidad de Valparaíso, a la Gobernación, a los altos mandos de Carabineros, diputados y senadores, pero ninguna autoridad ha logrado mejorar ésta situación que tiene al barrio a merced de los lanzazos y robos de cualquier tipo.

"Acá ya no sabemos qué hacer. Simplemente estamos de brazos cruzados y completamente abandonados. El Barrio Puerto se convirtió en tierra de nadie. Aquí ocurren a lo menos 40 asaltos al día. Si mire... (apunta hacia la plaza) No hay ningún carabinero. Un tiempo venía una patrulla y ahí se calmó un poco la cosa, pero no sé qué pasó que nunca más aparecieron", comenta el locatario.

Quien agrega que en el supermercado Santa Isabel los mecheros y lanzas se pasean como "Pedro por su casa".

La misma opinión tiene don Raúl, quien también tiene su local en el sector. "Por eso que aquí ya casi no queda comercio, porque los han robado todos. Y la gente termina por aburrirse, así no conviene tener negocio. Además uno se arriesga a que un choro venga y le haga algo por defender su negocio".

Es la triste realidad del barrio donde comenzó a fundarse la ciudad Puerto. Cada día hay menos comercio, y cada vez transita menos gente por el lugar por temor a ser asaltados.

"Los lanzas son puros angustiados que cualquier cosa que roben les sirve para sacar un poco de plata y comprar droga", dice una locataria que prefiere no revelar su nombre.