Duro cuestionamiento a los dirigentes-funcionarios en Viña
Concejal afirma que numerosos líderes vecinales han sido contratados a honorarios en el municipio. "Esto neutraliza el movimiento social", afirma. En la muni aseguran que no existe incompatibilidad. Historiador escribió libro sobre el tema.
No son pocos los dirigentes y ex dirigentes sociales que, en los últimos años, se han convertido en funcionarios del municipio de Viña del Mar. Es más, según asegura el diputado y ex alcalde de la comuna, Rodrigo González (PPD), las "ofertas laborales" van incluso más allá de los dirigentes, beneficiando a familiares directos.
En la actualidad, el municipio de Viña del Mar tiene más de 2 mil 200 funcionarios, de los cuales cerca de 700 son funcionarios de planta, otros 300 a contrata, 175 por código del trabajo y más de mil a honorarios.
Precisamente en esta última categoría es donde figura el mayor número de dirigentes sociales que ha logrado ingresar a la municipalidad sin tener que acreditar más que enseñanza media. Optan a sueldos que oscilan, en promedio, entre los 300 mil y los 500 mil pesos.
En lo formal, no existe impedimento para que una persona que lidera una organización social ingrese a trabajar en una municipalidad.
El cuestionamiento, coinciden los detractores de esta práctica, va más bien por el lado ético.
"Es vox populi que hay muchos dirigentes que han sido contratados y si no se contrata a los dirigentes, se contrata a los familiares, situación que es absolutamente anómala, irregular y es una forma de clientelismo político, que condiciona el accionar de esos dirigentes que está reñido con la ley, pero que sobre todo está reñido con la ética y con el principio fundamental de no intervención de las autoridades políticas sobre la vida y la autonomía de las organizaciones sociales", plantea el diputado Rodrigo González.
Para el parlamentario por Viña, resulta fundamental que "se conozca la lista completa de los dirigentes sociales o ex dirigentes sociales que han sido contratados y que se cese en esas contrataciones hacia futuro".
"exagerado"
Una opinión coincidente tiene el concejal del PC Víctor Andaur, quien advierte que si bien es una fórmula que siempre se ha empleado, en el último tiempo, asegura, se ha extendido hasta la exageración. "Lo encuentro lamentable porque creo que ese es el fenómeno que se está dando en la comuna y creo que igual apela a una cuestión de necesidad que tiene mucha gente, mucho dirigente, y el punto es que eso de alguna manera neutraliza y termina por eliminar el movimiento social (…) Siempre han existido estos casos, lo que pasa que en la actualidad es una exageración…Eso es lo malo", planteó el edil.
Para Karen Fernández, secretaria de la junta de vecinos Lautaro 98, de Gómez Carreño, la situación para un dirigente que es contratado por el municipio es compleja, porque pone en cuestionamiento la independencia a la hora de cumplir su rol como representante de una comunidad.
"Nosotros tenemos el caso del presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Gómez Carreño y que al mismo tiempo es funcionario del municipio. Esto nos juega en contra porque hay algo que ahí no cuadra. Claramente no hay una representación muy definida, porque se pierde independencia. Tú no te puedes enfrentar a quien te paga el sueldo", cuestiona la dirigente, quien recuerda que el rol que les cabe a ellos es precisamente exigir los derechos de las personas que representan.
Según Karen Fernández, lo que debiera ocurrir frente a una disyuntiva así es optar por uno de los dos roles. "Tú tienes que decidir si tu vocación de servicio es clara y optar por tu rol como dirigente. Si no, lo que corresponde es renunciar", plantea.
"no veo inahbilidad"
El concejal de RN, Andrés Celis, opina distinto. No ve cuestionamiento alguno en que un dirigente social trabaje para el municipio y sostiene que su foco está más bien en ver que aquellas personas que han sido contratadas cumplan efectivamente sus funciones.
"No veo ninguna inhabilidad en esto…Siempre han existido dirigentes contratados por el municipio", afirma Celis.
Clientelismo político
Aníbal Pérez Contreras es licenciado en Historia y en Educación y profesor de Historia de la Universidad de Valparaíso. Para optar a su grado de magíster en la Universidad de Santiago, se embarcó en un concienzudo análisis de lo que ha sido su área de investigación en los últimos años: la historia reciente y la historia política, pero particularmente en lo que se denomina el clientelismo político, un fenómeno que, a su juicio, ha estado siempre presente en la historia de nuestro país, pero invisibilizado.
Su tesis dio como resultado un libro que denominó "La UDI tras el telón. Agitación social, lavinisno y clientelismo. El caso de Reginato en Viña del Mar", publicado en marzo de este año por la editorial porteña América en Movimiento.
A través de sus 201 páginas, Pérez analiza el verdadero fenómeno político que representa la llamada UDI popular, pero particularmente el caso de Viña.
El joven historiador empleó distintas metodologías, entre las que incluyó cuatro años de actas de sesiones del Concejo Municipal que le permitieron obtener datos estadísticos.
"En todas las actas del Concejo Municipal de Viña del Mar durante la muestra que yo analizo, que es 2008-2012, existía como punto de tabla del Concejo 'subvenciones'. Subvenciones entregan todos los municipios de Chile, pero la particularidad de Viña es que las subvenciones se encuentran como punto de tabla lo que no es común (...) Esto me llevó a analizar cuánto dinero se entrega y quién pone las subvenciones en tabla", plantea.
En esta extensa revisión, el historiador concluyó que, a diferencia de lo que esperaba, la entrega de subvenciones no aumentó en Viña en tiempos electorales.
Pero Pérez añade que el clientelismo político tiene distintas facetas. "Una pueda ser la entrega dura, por ejemplo, de objetos materiales; la otra puede ser entrega de subvenciones; y otra puede ser la contratación a servicio. Claramente son redes clientelares, los especialistas le llaman patronazgo, esa práctica en la historia de Chile es viejísima", reconoce.
El historiador asevera categórico que, en todo caso, el clientelismo político es transversal a todo el espectro político. "Tengo la certeza que sí. De hecho para el primer estudio que hice sobre clientelismo partí al revés, con la Concertación. Abordé el caso de Hernán Pinto en Valparaíso", precisa Aníbal Pérez, quien próximamente viajará a México para analizar en tierra azteca este fenómeno.