El drama del papá que quedó paralítico por broma pesada
Luciano permanece en silla de ruedas y ahora está gravemente hospitalizado por una infección urinaria.
El 4 de diciembre de 2010, Luciano Benítez vivió una experiencia que lo marcó de por vida: una joven, que apenas había conocido en la ex piscina de Recreo, lo empujó sorpresivamente al agua, dejándolo paralítico y dependiendo de una silla de ruedas.
Desde entonces, el porteño de 25 años intenta salir adelante por sus propios medios, pero una infección urinaria lo tiene internado en el hospital Carlos Van Buren de Valparaíso. "Hace unos días me dio una infección urinaria que me empezó a dar mucha fiebre y me hicieron varios exámenes porque el bicho era resistente a los antibióticos que me daban. Entonces me dejaron una semana en observación, hasta que le achuntaron con el antibiótico. El viernes (hoy) voy a cumplir 10 días en el hospital", declara desde el recinto asistencial.
Luciano, que estaba cursando su primer y segundo medio con un programa especial, relata que lo ha pasado tan mal, que con este problema se ha deprimido mucho más. "Es muy doloroso porque me dan ganas de orinar muchas veces y me complica. Aparte me bajonea porque tuve que suspender mis estudios y lo que más quería era terminarlos para el otro año hacer el tercero y cuarto", indica.
Subsidio
Luciano vive en la calle Pedro Prendes del cerro Barón y desde el año pasado que está intentando postular a un subsidio para adquirir una vivienda que tenga más acceso a la locomoción colectiva. Sin embargo, lo han rechazado dos veces y eso también lo tiene desmoronado.
"Postulé de nuevo el año pasado y nunca me dijeron si me salió o no. Tuve que ir yo y me dijeron que no me lo pudieron dar porque vivía con muy poca gente, o sea, con mi pura mamá y que tenía que seguir participando no más. Obviamente me dio lata porque realmente lo necesito para movilizarme y no molestar a nadie", afirma.
En este sentido, el joven señala que un amigo de la infancia lo está ayudando. "El Nielsen (tal cual) está sacando su cuarto medio y yo aprovecho de irme con él porque tiene una voluntad de oro. Pero el problema es que cuando termine de estudiar se irá del cerro y yo quedaré ahí. Por eso necesito el subsidio", señala.
Luciano también es padre de dos hijos de 5 y 8 años. Los ama con la vida, pero lamenta no poder hacer tanto por ellos. "Tengo una pensión de invalidez de por vida y la mitad, $70 mil, se las doy a ellos. Sé que es súper poco, pero no tengo más y por eso quiero estar mejor para poder trabajar y ayudarles más. No me gusta molestar tampoco y por eso me hago todo solo. Me visto, me siento en la silla, me hago mis cosas... y mi mamá, que trabaja, me prepara el almuerzo y yo me lo caliento en el microhondas", detalla.
Sus vecinos también están preocupados por él y por eso se acercaron a La Estrella para que alguien le preste una ayuda. "Luciano es un buen joven pero vivió esta desgracia. Está súper flaquito además y nos preocupa su estado de salud. Esperamos que alguien se conmueva y le de una mano", dijo Magaly González.