Nicole Valverde S.
Apenas cumplió la mayoría de edad, la viñamarina Karen Aguilar González, se inscribió en el Servicio Electoral para poder ejercer su derecho a voto.
Eran los tiempos del plebiscito del Si y el No, en el año 1988, un acontecimiento político y social muy importante para el país, del que Karen no quiso estar al margen.
Pero lo que ella no sabía, es que su conciencia y responsabilidad cívica con el tiempo se convertirían en una pesadilla. Ya que ha sido nombrada vocal de mesa nueve veces consecutivas, y la única vez que pudo zafar fue cuando estaba dando a luz a uno de sus hijos.
Es por eso que ayer, nuevamente desde su mesa número 50 de mujeres, ubicada en el Liceo Guillermo Rivera de la Ciudad Jardín, hizo un llamado de justicia y equidad por su caso, y también por el de todas y todos los vocales de mesa vitalicios del país. Quienes no deberían ser convocados más de cuatro años, según lo estipulado por la ley.
"tengo un magíster"
Con la cuota de humor correspondiente, Karen asegura que tiene un magíster en la vocalía de mesa. Todo porque durante las nueve veces que ha sido convocada, las ha hecho todas.
"He sido presidenta, secretaria y comisaria. De hecho, las nueve veces que he sido vocal han sido consecutivas, no he tenido ningún descanso. Al principio no me molestaba porque igual el proceso es entretenido y se conoce gente. Pero creo que ya es mucho y suficiente. Porque veo que en mi mesa siempre van cambiando las personas, a lo más han venido dos veces consecutivas, y yo sigo...", comenta un poco resignada.
Cansada y aburrida de ser vocal de mesa, Aguilar hizo las consultas pertinentes en el Servicio Electoral de la región, pero nunca le han solucionado el problema y sigue siendo escogida.
"En el Servel me dijeron que fuera a la Notaría Gervasio para que dejara la constancia y a ver si este año podía no participar de este proceso. Mandé la carta correspondiente pero fui ratificada de nuevo como vocal de mesa", explica.
"ya es suficiente"
La vocal de mesa "vitalicia" manifiesta - y con justa razón- que ya es suficiente para ella. "Así como todos tenemos derecho a participar de este proceso, yo también tengo el derecho a venir a votar como el resto. Es injusto que yo siempre tenga que estar aquí sentada en la mesa".