Camila Infanta S.

En la vida moderna, el ocio tiene poco espacio para hombres y mujeres. Trabajar y trabajar parece ser la consigna para los adultos de hoy. Pero, ¿cómo afecta esto a la población?

Un reciente estudio realizado por la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, reveló que las jornadas laborales extensas, afectan más a las mujeres que a los hombres.

De acuerdo al análisis, jornadas de unas 60 horas semanales, es decir 12 horas diarias, provocarían que las mujeres sean más propensas a padecer enfermedades como cáncer, diabetes o patologías cardiacas.

En los hombres, en cambio, el efecto sería al revés, pues, según el estudio, los hombres que trabajan pocas horas son los que más se enferman.

La excepción, sin embargo, para el género masculino, se daría en la artritis, donde son los trabajólicos son los que más lo padecen.

El equipo de investigadores estadounidenses analizó unas 7.500 entrevistas, concedidas en el marco de la Encuesta Longitudinal Nacional de Jóvenes, en un período de más de 32 años, para conocer las diferentes conductas laborales y efectos en el corto y largo plazo, en estos grupos.

Allí también se evidenció que, en el caso de las mujeres, el alza en las enfermedades se debe principalmente a que ellas suelen estar más sometidas a estrés y responsabilidades que los hombres. El motivo: junto con el trabajo remunerado, deben hacerse también cargo de quehaceres domésticos.

Hasta triple turno

Un poco incrédula se mostró la socióloga y especialista en temas sobre género, Claudia Dides, al conocer el detalle del informe.

Según la ex analista de Flacso, resulta extraño entender la conclusión al que llegan los investigadores, pues son precisamente las mujeres quienes viven más años que los hombres. Dato entregado recientemente por la OMS.

La directora de la Corporación Miles agrega que las mujeres no se cansan, no se estresan ni se enferman porque sean débiles, sino todo lo contrario. "Pensemos en una que trabaja ocho horas diarias, que en traslados de ida y vuelta a su hogar se demora una o dos horas, luego llega a su casa a hacer las tareas con uno o dos hijos, y después de eso hace la comida y el aseo. O sea, se levanta a las 5.00 y se acuesta a las 1 de la mañana. Lo más probable es que alguien que viva en ese ritmo se enferme, pero no se enferma porque trabaja en una empresa, se enferma por la vida que lleva", dijo a La Estrella.

Agregó que los hombres tienen una ventaja ante ello, pues socialmente no están obligados a hacer todas estas cosas. Además, el trabajo doméstico no es valorado ni pagado.

"Me preocupa que estos estudios no pongan estas variables o que si las mencionan, lo hagan superficialmente. Finalmente una mujer trabaja doble jornada, e incluso hasta triple", recalcó.

¿Qué le falta a Chile para avanzar en esta materia?

- Las diferencias de género no son las mismas que hace 30 años y eso, sin duda, es un gran avance. Hoy la violencia de género es un tema y se habla de eso con repudio. Sin embargo, falta un cambio cultural desde la empresa privada.

Dides agregó que para los hombres tampoco es fácil, ya que, tampoco se les entrega un real espacio para la crianza, "por una sobrecarga laboral".