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Robos no dan tregua a comercio de la calle Blanco en Quilpué

Ningún locatario está libre de la acción de los delincuentes. Algunos cambiaron de rubro, otros quebraron.
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Priscilla Barrera Ll.

Banderas y globos negros, carteles pegados en cuanto árbol o poste del alumbrado se ubica a lo largo de la calle Blanco en Quilpué, advierten de la crítica situación de seguridad que afecta a los comerciantes de este polo, los que se quejan de la nula respuesta y apoyo que han recibido de parte de las autoridades.

Escasa presencia policial y un alumbrado público deficiente son algunas de las dificultades que coinciden en señalar los comerciantes, muchos de los cuales han debido enfrentar los efectos de millonarios robos que en algunos casos los obligó a cambiar de rubro y en otros lisa y llanamente, los llevó a la quiebra.

Ricardo Inchaustegui, comerciante de calle Blanco, se decidió a organizar a sus colegas a fin de propiciar soluciones concretas por parte de las autoridades. Asegura que no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados viendo cómo los delincuentes hacen de las suyas y advierte que en los últimos 4 meses la situación se ha vuelto crítica y que prácticamente ningún comerciante de esta calle se ha visto libre de la acción de los delincuentes.

Identificado

No hay cortina metálica en calle Blanco que no tenga un "parche" que muestra cómo en días pasados un sujeto que está plenamente identificado, ingresó haciendo forados en las cortinas, robando diversas especies. A pesar de haber sido denunciado y detenido, el sujeto que está plenamente identificado, anda libre e incluso merodea los locales con total desfachatez acrecentando la sensación de impunidad entre los afectados.

Los comerciantes coinciden en que no se trata de una responsabilidad de carabineros, sino que existen pocos recursos en relación a cómo ha crecido la ciudad.

"El comisario de carabineros está plenamente preocupado y ha puesto mayor cantidad de rondas, pero queremos afinar esas acciones. No se trata sólo de pedir, sino que nos ayuden a mejorar, a hacer bien las cosas", declaró Inchaustegui.

Nadie se libra

Tres veces le han robado a la joyería Lanolis de calle Blanco, tantas, que su dueña, Pilar Bravo, perdió prácticamente todo su patrimonio. El robo más grande lo tuvo en enero pasado cuando unos sujetos la siguieron hasta su casa y la mantuvieron prácticamente secuestrada, llevándose todos sus materiales y su capital.

La historia se repite en los distintos locales, sin importar el rubro. La señora Julia confirma este hecho, comentando que sólo a comienzos de esta semana sujetos ingresaron a su local de venta de alimentos de mascotas por la calle trasera- Freire - y se llevaron dinero y joyas avaluadas en casi un millón de pesos. "Yo llevo 28 años en esta calle y nunca antes habíamos vivido un clima como el de ahora. Se pasó", advirtió la comerciante quien pidió que las autoridades hagan algo por el sector donde muchos han debido bajar las cortinas para siempre o cambiar de rubro.