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Ahora que llegó el invierno: ¿es bueno dejar a las mascotas junto a la estufa?

Especialista explica los riesgos de que las mascotas estén cerca de calefactores y también los problemas que puede generar el uso de ropa sobre su pelaje. Los cambios bruscos de temperatura es lo que más hay que evitar.
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Camila Espinoza López.

No importa si tiene un perro o gato de pelaje corto o largo, uno de climas cálidos o uno supuestamente programado genéticamente para andar en la nieve. Al prender la estufa, las mascotas se instalan muy cerca de la fuente de calefacción, incluso quitándole lugar a sus dueños. En el invierno no es raro ver a los animales domésticos durmiendo profundamente cerca de una estufa.

Esta costumbre puede parecerle empática con ellos, pero ojo, porque puede provocar accidentes como quemaduras en el pelaje. "Ojalá que los animales no estén muy encima de la estufa. Existen una especie de cercos que se usan con los niños por ejemplo", señala Erick Lucero, veterinario etólogo del Colegio Médico Veterinario.

El especialista advierte que, aparte de las quemaduras, lo más peligroso de la estufa es que el animal se vea expuesto a cambios bruscos de temperatura: "Hay que tener especial cuidado en las razas braquicéfalas, las razas chatas, como se les suele decir. Por el hecho de tener un tabique nasal más corto es más fácil que se produzcan cuadros respiratorios asociados a cambios de temperaturas. Lo mismo que con los gatos, por ejemplo el persa, que tienen el hocico muy corto".

El etólogo recomienda por lo mismo apagar la estufa y dejar que la temperatura baje antes de sacar a la mascota de la casa, para evitar que se exponga al frío.

"Las estufas eléctricas podrían ser más recomendables porque secan menos el aire. Aunque hay más gasto de energía electica. Las de combustión generan mucho mejor calor, pero secan al aire y puede generar predisposición a trastornos respiratorios. También se pueden dar casos de infección urinaria por cambios bruscos de temperatura", señala Lucero. El experto cree que una buena alternativa es que el animal cuente con una manta de polar, que le permitirá mantenerse cómodo y sin frío, especialmente si duerme en el patio.

Vestirlos o no

Uno de los errores que cometen algunos dueños, según el veterinario, es abrigar en forma excesiva a sus mascotas, sin tener en cuenta que ellos no necesariamente están sintiendo frío.

"Hay que partir de la base de que los perros tienen una temperatura interna de 38,5 grados celsius, versus nosotros, que tenemos 36 o 36,5 grados. Nuestra sensación de frío es muy distinta a la de ellos. En general ellos buscan la comodidad del calor más que tener una necesidad".

Actualmente existen parkas, gorros e incluso zapatos para mascotas. En el invierno algunos amos optan por abrigar a sus animales con estas prendas. "En realidad la ropa no la necesitan... Aunque se podría indicar en situaciones de lluvia en que uno necesita sacar a su mascota para que no se moje, porque hay que volver a la casa y vive indoor. Hay parkas para esas instancias", dice Lucero.

Las mascotas, especialmente de pelaje corto que viven en zonas extremas del país, requerirían más cuidados y podría ser útil contar con alguna prenda.

"En zonas más extremas es distinto. Tener un Bóxer en Punta Arenas no es recomendable, por ejemplo, porque no son perros para esos climas. Ellos van a necesitar un poco más cuidado o refugio de la nieve y la lluvia", explica el especialista.

La ropa podría desencadenarles algunas complicaciones, como alergias y daño a la piel. "Pueden generar trastornos en el pelaje. En general el pelo se anuda debajo de las capas", recalca.