Mirian Mondaca Herrera. - La Estrella de Valparaíso.
84 muertos y más de un centenar de heridos es el brutal saldo del atentado que quebró la tranquilidad la noche del jueves en Niza. Uno más, que se suma a otros seis hechos similares ocurridos en menos de dos años en Francia. El último ataque masivo había sido el 13 de noviembre, cuando Paris fue abatido por una serie de tiroteos.
A miles de kilómetros de Europa, en Valparaíso, los franceses que han abandonado su país para estudiar, trabajar o viajar, tienen a la televisión e internet como su contacto más directo con el terror que se vive en Niza. Para ellos, las imágenes del camión que embistió a una multitud congregada en el Paseo de Los Ingleses, con motivo de la conmemoración de la Toma de La Bastilla, no se pueden apartar de sus pensamientos.
Una provocación
Precisamente que el día escogido para realizar este nuevo ataque haya sido el 14 de julio, el día nacional, es lo que más descoloca a los franceses en Valparaíso.
Margaux Abbes, hace tres días que llegó a Valparaíso para pasar algunos días de vacaciones junto a su pareja. Es oriunda de Saint André de La Roche, comuna ubicada en el distrito de Niza, a 10 kilómetros de ésta ciudad de la costa sureste, y el jueves por la noche no pegó un ojo tratando de comunicarse con sus padres. Pensó lo peor.
Afortunadamente, ninguno de sus progenitores estuvo en la celebración esa noche, aunque pensaron en asistir en familia, junto a su hermana menor Adelaide.
Todavía le quedan un par de semanas en Valparaíso y pensaba disfrutar hasta el último minuto de sus días de descanso, pero tal vez, sus planes cambien. "Tengo mucho miedo por mi familia, aunque están todos bien. Me gustaría estar ahora con ellos, abrazarlos y besarlos, por eso quizás me vaya antes de Chile", comenta Margaux.
La joven de 29 años quedó impresionada por la crueldad de los atacantes, que escogieron nuevamente un acto masivo en su país para atacar a occidente. "Pensar que fueron más de 80 muertos y que pudo haber alguien de tu familia duele mucho y que lo hagan en un país que donde nacieron los valores de la libertad, más todavía", agrega.
Afuera del conocido restaurante francés "Le Filou de Montpellier", es común ver a franceses que ponen un alto en su camino para disfrutar de la buena mesa. Allí, Jeremy Pecqueur, un universitario de Lille que está de intercambio en Chile, comparte el temor y la indignación de Margaux.
Los padres del joven viven en el norte de Francia, pero aún así, está inquieto por ellos. Reconoce que, "hace tres años pensábamos que podía ocurrirles a otros, pero ahora creemos que puede pasar en toda Francia. No es un fenómeno independiente y eso nos tiene mal".
Además, el universitario fue insistente en decir que las circunstancias en que se cometió el ataque fueron doblemente destructivas, por la masividad y lo que significa el 14 de julio para los franceses.
"Lo que pasó ayer (jueves) fue un gran símbolo, un mensaje bien fuerte, porque fue el día de la independencia. Es un mensaje bien fuerte, es un golpe certero a nuestra Patria", manifiesta el joven galo.