Camila Infanta S.
Tras un fallido intento por la mañana, a las 15:30 el canciller boliviano, David Choquehuanca, logró ayer entrar al puerto de Arica, junto a su comitiva, para inspeccionar y verificar las condiciones en que trabajan los transportistas altiplánicos.
El grupo de 31 personas ingresó en un minibus, que fue paseado por el recinto. A través de Twitter tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado boliviano fueron realizando diferentes comentarios. Uno de estos acusaba que había una cantidad no determinada de soja, uno de los principales productos que Bolivia exporta a través del puerto, "en el suelo y expuesto".
A la salida, Choquehuanca acusó que tras el anuncio de la visita boliviana, Chile quiso hacer reparaciones de última hora, pero que no les alcanzó el tiempo. "Se han registrado retrasos y maltrato a la carga boliviana. Chile no debe intervenir en el tránsito de las mercancías bolivianas", aseguró tras la visita.
Primer Intento fallido
A las 9:15 de ayer, la comitiva boliviana envió el permiso para visitar las instalaciones del puerto de Arica. Quince minutos después, Choquehuanca y sus acompañantes llegaron al lugar y pidiendo entrar. La solicitud fue negada.
El protocolo solicita que las visitas sean anunciadas con cinco días. Sin embargo, la petición se cursó igual y se informó que a las 15:30 podrían entrar. El hecho se prestó para una serie de declaraciones.
"Que sepa Latinoamérica, que sepa el mundo, la violación que estamos sufriendo los bolivianos al libre tránsito. Tenemos oficinas que están bajo la jurisdicción de Bolivia, tenemos oficinas de la ASPB, de nuestra aduana boliviana y no se nos permite el ingreso, esto va a tener sus consecuencias, vamos a esperar, no nos vamos a dar por vencidos vamos a esperar a las autoridad", dijo Choquehuanca.
Minutos después, el presidente Evo Morales aseguró que "si hay bloqueo, es porque tienen miedo, porque no quieren que se sepa la verdad".
Mientras, el canciller chileno Heraldo Muñoz, dijo que los chilenos respetan los permisos y leyes. Por la mañana había acusado un "doble discurso y una impudicia inaceptable".