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Sigue enigma del crimen de las 100 puñaladas en la Sub. Ecuador

Las cámaras de vigilancia no dieron pistas del asesinato. Más de 30 personas han sido entrevistadas en el caso. No hay sospechosos.
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Fabián San Martín D.

Una investigación compleja y de largo aliento, enfrentan la PDI y el Ministerio Público en el caso del joven ultimado de más de un centenar de puñaladas en la plazuela Ecuador.

La tarde del martes 5 de julio el cuerpo semidesnudo de Sebastián Ignacio Rojas Ortiz, de 25 años, fue hallado debajo de su cama en la pieza que arrendaba en una residencial. Tenía un avanzado estado de putrefacción, con una data de muerte estimada entre 3 y 4 semanas. Impactó el grado de ensañamiento, por las decenas de lesiones en su cuerpo.

La fiscal Lorena Ulloa dejó el caso en manos de la Brigada de Homicidios, mientras que la autopsia del Servicio Médico Legal determinó que falleció por "múltiples heridas corto penetrantes torácicas".

Complejo

La investigación ha sido dificultosa para los detectives, ya que la víctima era socialmente activa y residía en un lugar que era frecuentado por muchas personas, pero nadie ha entregado un testimonio certero de lo acontecido el día del crimen, que se estima pudo acontecer la primera semana de junio, cuando a Rojas Ortiz se le perdió la pista.

Un gran obstáculo para los oficiales es la ausencia de imágenes que muestren la rutina del occiso y a él o los autores del crimen. El material de las cámaras de televigilancia de Carabineros se mantienen en el sistema un par de semanas y luego se borran. Y con las cámaras de negocios cercanos, se verificó que son de buena calidad, pero también las grabaciones se eliminan a los pocos días, de ahí que no haya registros de la fecha en que aconteció el homicidio.

30 testimonios

A la fecha más de 30 personas han prestado testimonio en el caso, tanto pasajeros de la residencial, residentes y comerciantes del área, así como personas del círculo íntimo de la víctima (familiares y amigos).

Varios fueron entrevistados en más de una ocasión, a fin de buscar nombres, apodos, contradicciones u otros detalles que conduzcan a la verdad. También se realiza un filtro en la Fiscalía y otros organismos, para determinar si el fallecido estaba involucrado en algún caso judicial, no necesariamente como imputado sino como testigo, cómplice, encubridor, etc.

Respecto de los móviles para explicar el asesinato, las hipótesis siguen abiertas. Está la posibilidad de que el fallecido se haya implicado en una actividad ilícita, desconocida para su familia, y fue víctima de una cruel venganza o ajuste de cuentas.

Un móvil de índole sentimental también asoma como opción, aunque la tesis de carácter homosexual estaría prácticamente desechada, ya que los análisis a su comportamiento en internet y las redes sociales, y entrevistas a su entorno, dan cuenta de su preferencia heterosexual.

Si bien aún no hay sospechosos en el delito, todo apunta a la actuación de una o más personas que serían cercanas al extinto, considerando que en el sitio del suceso no hubo signos de forzamiento de la entrada ni de violencia.