Secciones

Cayó un hábil lanza que operaba al interior del Rodoviario de Valparaíso

E-mail Compartir

Un hábil lanza que operaba en el Rodoviario porteño fue arrestado por Carabineros. Cerca de las 15.25 horas la Sección de Investigación Policial (SIP) de la Segunda Comisaría Central patrullaba por calle Chacabuco con 12 de febrero, cuando notaron que dos hombres forcejeaban en la calle. Reconocieron a uno de los involucrados como el encargado de seguridad del terminal de buses, quien informó que el sujeto al que trataba de retener momentos antes había protagonizado un lanzazo a una mujer al interior de uno de los andenes.

Los carabineros arrestaron al joven identificado como V.M.R.S., 21 años, domiciliado en San Roque Alto, poseedor de un nutrido prontuario policial, quien ocultaba el celular sustraído en un bolsillo de su pantalón.

Al revisar las cámaras de seguridad del recinto, se observó cuando el imputado aparece sentado en uno de los escaños frente al sitio de salida de las máquinas. Porta una bolsa y finge estar distraído. A su lado estaba la mujer V.V.V., quien aguardaba el bus que la llevaría hacia Llay Llay. Cuando sacó el equipo móvil de su cartera y comenzó manipularlo, en forma sorpresiva le fue arrebatado por el antisocial, que fue derivado al tribunal de garantía por el delito de robo por sorpresa.

Terrible accidente lo dejó sin mano y antebrazo

El porteño de 27 años estaba operando una molinera de plástico cuando ocurrió la desgracia. Luego vinieron una serie de negligencias.
E-mail Compartir

Cinthia Matus O.

El sábado a las 14.20 horas, Dante Barahona, de 27 años, le dijo a su jefe de turno que la máquina que utilizaba para reciclar plástico se había trabado. Irritado, el hombre le entregó las llaves 22 y 24 para que él mismo la reparara y siguiera trabajando. "No recuerdo bien cuál de las dos es, pero anda y arréglala tú", le expresó en la sección de recliclajes de Cambiaso Hermanos Placilla.

Dante, sin decir nada más, tomó las llaves y se dirigió a la máquina. Entonces, ocurrió lo que describe a continuación: "Voy, suelto los pernos y todo lo demás y la correa se suelta y vuelve a funcionar. Así que vuelvo a tirarle producto hasta que en una de esas, cuando le tiro (más plástico), me engancha la mano con la mitad del brazo, unos cinco centímetros más abajo del codo".

Terrible accidente

El porteño, desesperado, a gritos sacó el codo para que la máquina no le siguiera aprisionando la extremidad. "Saco el codo y me sale el puro hueso y todo aplastado, chorreando y saltando la sangre por todos lados. En eso me ve el jefe de turno y no supo qué hacer, quedó en shock", relata con impotencia.

Acto seguido, el jefe comienza a gritar "¡auto, auto!" para que alguno de los presentes lo lleve al hospital. "No me ponía ni siquiera un torniquete, nada. Tuve que decirle yo que lo hiciera porque él quería esperar la ambulancia, no había un segurito (prevencionista), botiquín de primeros auxilios, ni camilla, ni una parada de emergencia en la máquina, solamente un interruptor a más de seis metros", detalla Dante.

Ante este panorama, el joven le pide a un compañero que le haga el torniquete para no seguir perdiendo sangre. "(El jefe) quería esperar la ambulancia pero yo estaba ahí, perdiendo sangre por montón. Al final le digo que me lleve al consultorio que queda a dos cuadras y si no es por eso, yo me muero desangrado", apunta.

En el consultorio, Dante es atendido para posteriormente ser trasladado hasta el Hospital Carlos Van Buren. "Después que me hacen el torniquete en el consultorio y me colocan suero, salgo y el jefe de turno había desaparecido. Ni siquiera esperó que le dieran información sobre mi estado o para que le avisara a mi familia dónde iba a ser trasladado", reclama.

Su mano

Dante quedó a la deriva y un paramédico le tuvo que prestar su celular para darle aviso a su familia. "Les avisé que me llevaban al Van Buren, mientras a mis compañeros les pedí que me fueran a recuperar la mano que se había quedado en la correa transportadora. La encontraron, la echaron en agua y al traerla al hospital, no tenían hielo ni cooler para depositarla. Los paramédicos se pusieron a sacarle fotos como si fuera para una selfie y después me midieron la temperatura y la presión y como vieron que estaba bien, me mandaron al montón", recuerda con rabia.

Posteriormente, cuando en el recinto descubrieron que podía ser atendido en el IST, no le brindaron más atención. "No me hicieron nada de nada, ni una dipirona me inyectaron. De ahí me vine hasta el IST y al llegar se dieron cuenta que tenía rajado el hombro donde me pusieron 13 puntos y de eso no se dio cuenta ni el paramédico de Placilla ni el del Van Buren. De Cambiaso Hermanos, solamente vino la asistente social a ver cómo estaba y nada más", lamenta.

¿Y qué dice cambiaso Hnos?

La Estrella se contactó con la empresa aludida pero por vía telefónica solicitaron que se hiciera el requerimiento a través de su sitio Web. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no entregaron ninguna respuesta.