Soy de los históricos amantes de Valparaíso y, por ende, de mi querido equipo Santiago Wanderers. Por ello es que me cuesta creer lo que ha sucedido con David Pizarro. Gran jugador, gran ejemplo de vida y gran persona. Sin embargo, desde que regresó a jugar por la ciudad fue otro. Se dedicó más a hablar de todo menos de jugar y más encima tuvo problemas físicos. Algunos medios trataron de ponerlo hasta en opiniones políticas y, lamentablemente, ahora vemos resultados nefastos para todos, porque no creo que David esté feliz saliendo de esta manera de su amada ciudad. Solo espero que junto a su familia pueda salir adelante y que como es un hijo de Dios, espero que tenga buenas vibras y quienes no le han hecho bien con consejos u orientaciones que se alejan de la cancha se distancien de él de la mejor manera.

Miguel Tolosa.

Dando respuesta al Sr. Juan Leiva, si bien un uniformado jubila muy joven le informo que su vida laboral comienza a los 16 a 18 años, también le puedo proponer que se le pague a un uniformado todas las horas extras que cumple en las guardias cada cuatro días que duran 24 horas, es decir (16 horas) y todas las horas extras que cumple una persona que trabaja en la Armada y navega por más de 20 días fuera de su familia, todas las horas extras que cumple ante una emergencia, todas las horas extras que cumple trabajando en fiestas, Pascua y Año Nuevo y donde un uniformado no puede contar con un sindicato y tener derecho a huelga o una negociacion colectiva, es decir no se puede comparar el trabajo de un civil con el de un uniformado, lo que si comparto con él, es que hay que mejorar sus pensiones.

Cristhian Rivas Castillo.