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El costo de cremar un familiar en la región de Valparaíso

El caso del robo de un ánfora en el cerro Cárcel de Valparaíso causó conmoción a nivel nacional y abrió una nueva arista en torno a estos casos. En la zona sólo existe un crematorio.
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Sebastián Paredes C.

Revuelo causó durante este semana el descriteriado robo de un ánfora desde el interior de una casa en Valparaíso.

Se trata del caso de Rosa Tornería (69), quien sufrió el robo de los restos en cenizas de su marido, Luis González Novoa, la noche del pasado martes.

En un hecho que no tiene explicación, un grupo de delincuentes entró a su vivienda y, entre otras cosas, robó el ánfora con las cenizas de su marido fallecido hace aproximadamente un año.

Pese a los llamados para que los delincuentes devuelvan el preciado objeto con un inimaginable valor sentimental, hasta el cierre de esta edición no había rastros del ánfora y tampoco de los delincuentes que entraron a la vivienda de doña Rosa.

Pese a lo anterior, el tema del robo ocurrido en el cerro Cárcel de Valparaíso abrió un debate en torno a la cremación de las personas fallecidas.

En alza

Si bien hace un tiempo atrás eran pocos los deudos que se inclinaban por esta opción, hoy dicha tendencia crece.

Así lo señala Simón Engel, dueño de Ánforas Chile y que hace diez años se dedica a traer ánforas desde el exterior para ofrecerla en nuestro país.

En primer lugar Simón, señala que "me parece terrible que alguien haya robado un ánfora. Había escuchado que algunas personas tenían miedo que les robaran el ánfora porque algunas son muy bonitas y finas, pero la historia de la señora de Valparaíso es la primera que escucho en donde efectivamente se robaron el ánfora desde el interior de una casa. Lo encuentro terrible".

En cuanto a la tendencia de la cremación, Engel, señala que ha ido en alza y que hoy cerca de un 12% de las personas prefiere la cremación antes de un funeral tradicional. "Todavía existe mucho tabú con respecto a la muerte y las ceremonias que ésta involucra, en ese sentido Chile es un país bastante tradicional", señaló Simón Engel, quien agregó que "hoy son las personas más jóvenes que prefieren este tipo de ceremonias. A ellas no les gusta ir al cementerio y prefieren cremar a sus cercanos que han fallecido. Eso sí, en la mayoría de los casos la cremación se hace por expresa petición de la persona fallecida antes de su deceso".

Otro dato importante es que las cenizas de los seres queridos fallecidos no sólo se pueden dejar al interior de un ánfora, sino que también pueden ser esparcidas en el mar, en el campo, repartidos entre los familiares o almacenarlos en pequeños dispositivos que pueden ser collares o anillos.

Proceso

La caja que contiene el cuerpo es colocada en la retorta e incinerada a la temperatura de 760 a 1150 °C. Durante el proceso, una gran parte del cuerpo (especialmente los órganos) y otros tejidos suaves son vaporizados y oxidados debido al calor y los gases son descargados en el sistema de escape. El proceso completo toma al menos dos horas.

Todo lo que queda después de que la cremación concluye son fragmentos secos de hueso (en su mayor parte fosfatos de calcio y minerales secundarios) y las cenizas. Estos representan aproximadamente el 3,5 % del peso del cuerpo original total (2,5% en niños, aunque hay variaciones debidas a la consistencia del cuerpo). Debido a que el tamaño de los fragmentos de hueso secos están estrechamente conectados a la masa esquelética, su tamaño varia de persona a persona. El cráneo de la persona conserva su forma y parte de su densidad.