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Entre dos le quitaron parte de su sueldo

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Afortunadamente con lesiones menores resultó un quilpueíno que fue atracado en Valparaíso.

Cerca de las 19.00 horas P.P.B.V., de 28 años, caminaba por el bandejón central de la avenida Brasil en dirección al oriente, cuando a la altura de calle Molina fue interceptado por dos jóvenes, de aproximadamente 25 años, que lo inmovilizaron por la espalda y lo intimidaron con un cuchillo que pusieron en sus costillas. Uno de los tipos metió su mano en el bolsillo izquierdo de su pantalón, y le arrebató la billetera donde portaba 180 mil pesos, parte de su sueldo recién cobrado. La dupla escapó raudamente en dirección hacia la plaza Victoria. El afectado acudió al hospital Van Buren donde le diagnosticaron una lesión punzante superficial en el flanco izquierdo, por lo que tras ser atendido fue derivado a su domicilio. El Ministerio Público acogió la denuncia de robo con violencia.

No quiso revelar quien lo acuchilló y dejó grave

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Con riesgo vital ingresó a la Unidad de Emergencia Adulto del hospital Van Buren un hombre apuñalado en cerro Barón.

La víctima, identificada como V.H.V.P., de 39 años, fue hallado por testigos sangrando y tendido en la calzada en la esquina de Mariburú con el paseo Taiba. Se alertó a personal del Samu, que lo trasladó en ambulancia hasta el recinto asistencial porteño, donde ingresó a reanimación con una trauma torácico penetrante, ocasionado con un elemento cortopunzante. Una vez que fue estabilizado por los facultativos, la policía uniformada trató de interrogarlo sobre lo acontecido, pero el paciente se negó a entregar mayores antecedentes, alegando que el mismo se había auto inferido la lesión, versión que no resulta del todo creíble. Se verificó que el lesionado, que se mantiene grave, registra antecedentes penales pero no era requerido por la justicia. La Fiscalía acogió los antecedentes del caso.

¡Drogada para robarle $2 millones de su colchón!

Abuelita fue embaucada por desconocida. Le pusieron un fármaco en un jugo. La hallaron con el gas de la cocina abierto. "Quiso matarme", dice.
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Fabián San Martín D.

María Inés Pimentel está convencida que lo suyo fue robo e intento de asesinato. Esta porteña de 71 años, domiciliada en la parte alta de Rodelillo, recuerda que días atrás bajó al plan a comprar un regalo. Caminaba por avenida Pedro Montt cuando una mujer se le acercó. "Hola, vecina, ¿cómo está?", le dijo amablemente, para luego acompañarla en su diligencia.

La "atenta vecina" persuadió a María Inés para que regresaran juntas en colectivo a Rodelillo, donde se ofreció a dejarla en su apartamento. Allí la "amiga" le solicitó le convidara un vaso de agua y subieron a su departamento en el cuarto piso, donde finalmente la persona gentilmente preparó una naranjada. En la cocina exprimió las frutas, que mezcló con agua y azúcar, y le dio de beber a la dueña de casa.

"La encontré muy dulce y me llamó la atención que el jugo estaba blanco", dice María Inés, cuyos recuerdos se tornan confusos, porque rememora que en un lapso la extraña le quiso regalar 100 mil pesos, parte de la venta de una supuesta parcela.

Gas abierto

Le insistió en que recibiera la plata y tras unos minutos se fue raudamente sin despedirse. La abuelita sufrió un extraño aletargamiento hasta que, horas más tarde, fue hallada por su marido. Las llaves del gas de la cocina estaban abiertas y encendido un cubrecama eléctrico. María Inés estaba atragantada con pan y tuvo un par de desmayos, por lo que fue llevada de inmediato hasta la Urgencia del Van Buren, donde ingresó con compromiso de conciencia y sospechas de un síncope. Pero un scanner y otros exámenes no revelaron anomalías, hasta que gracias a la experticia de una neuróloga, se estableció que fue intoxicada, posiblemente con benzodiazepinas.

Presumiendo que pudo ser robada, una nieta revisó en el domicilio de María Inés, específicamente debajo del colchón de una cama, donde no estaban sus ahorros: un bolso y una cartera con cerca de 2 millones de pesos en efectivo.

La víctima recibe una pensión de $150.000 y más los que gana como asesora de hogar, tenía ese cuantioso monto para ayudar a su nieta mayor y otros familiares. Estuvo hozpitalizada tres días y ahora reposa en su hogar con el dolor causado por la mujer, a quien describe como baja, robusta, pelo corto, que usaba lentes oscuros porque supuestamente era tuerta.

"Nunca me habían robado y ojalá me la pueda encontrar en la calle. Al verla la reconocería y es peligrosa porque dejó el gas abierto para que me asfixiara", indica María Inés, que ya hizo la denuncia en Carabineros y se convenció de guardar lo que gane en un banco.