Como en un cuento: 'Día del niño' se toma calles porteñas
En Plaza Victoria y Avenida Brasil, entre Las Heras y General Cruz, se vivió una fiesta para chicos y grandes. Familias completas repletaron aquellos sitios con un sano objetivo: hacer feliz a los más pequeños en su anhelada fecha.
Guillermo Ávila N - La Estrella de Valparaíso
Del vértigo, a la sonrisa. Así se vive en la punta del juego mecánico Barco Pirata -que se mece de arriba hacia abajo a toda velocidad-, una sensación que parecieran aquí experimentar los niños. Una sensación que los tiene como reyes, en su día: las 24 horas más felices del año (con el permiso del querido Viejo Pascuero).
A eso del mediodía de ayer, y cuando el sol comenzaba a abrir el panorama porteño, no cabía un alfiler en una alegre Plaza Victoria que, a esa hora, se asemejaba a un párvulo gigante. Guaguas, niños y adolescentes juntos a sus familiares disfrutaban de un domingo 7 de agosto a todo juego, canto y actividades lúdicas de todo tipo.
Y una de esas familias son los Vargas - Jiménez. Ellos se reconocen afortunados. Tienen porqué: en 2014, su hija Amparo, de dos años y once meses, vio la vida gracias a un programa a nivel nacional de fecundación in vitro de la Universidad de Valparaíso y Fonasa. "Estuvimos en in vitro de alta complejidad", ratifica con una felicidad que no cabe en el rostro su madre, Pamela Jiménez, mientras al lado con el coche en mano un orgulloso Andrés Vargas, su pareja, asienta con el recuerdo, ya lejano. "Nos costó tenerla. Ahora queremos hacer más feliz a Amparo. Vamos por la parejita", añade con dicha respecto al proyecto a corto plazo: el hermanito.
El carrusel gira y gira, casi al son de una canción infantil. Cerca, Paulina Tapia, de cerro Alegre, espera turno para que sus dos pequeñitas, Diana, de ocho años; y Camila, de cinco, se suban a danzar junto a las máquinas animadas bajo la atenta mirada cómplice de su padre, Michel Tapia. "Teníamos planificado venir acá ya que la Plaza Victoria es muy divertida". Pero hay un pero en la madre: "Hoy está muy llena", acota.
Algo más lejos de los juegos, una niña tiene la cara pintada. Está sentada y muy concentrada: pinta un dibujo que parece ser un conejo. Es María Paulina, de ocho años y cuyo padre, Juan Jorquera, quien porta una chaqueta del Wanderers, observa dichoso. "Ella es tranquila", dice el papá chocho, a la vez que María Paulina agrega: "¡Este es mi día favorito!
'Calle de los niños'
Pero no sólo en la Plaza Victoria los regalones de la casa se la están pasando chancho. En Avenida Brasil -no Pedro Montt- se realiza por primera vez "La calle de los niños". Allí, literalmente, los niños y familias se tomaron la calle. Uno de esos, Elías, de un año y ocho meses, tuvo una impresión de aquellas: se tomó una foto junto a su ídolo, Iron Man. Así cuenta la madre, Francisca Ortiz, quien va a toda prisa para encontrarse con el papá de Elías al Regimiento Militar. La idea es terminar el domingo en familia.
Frente al Liceo Mixto Polivalente Matilde Brandau, se levanta la tarima. Allí un show a todo canto y participación se roba la película en "La calle de los niños" que fue de 11 de la mañana a dos de la tarde. Uno de los animadores no puede más en energía. Es Óscar Valenzuela, de Rodelillo. Sus pulmones están que le pasan la cuenta. Casi sin habla, responde: "Llevo veinte años en esto de la animación. Es súper bonito. Viene gente de todos los cerros. Es estimulante", afirma, a la vez que sus hijos Lucas y Facundo comparten diversión en el lugar donde caen challas, juguetes y una música a todo volumen que no para en un coro a tono con las canciones infantiles.
Chicos y grandes
La misma alegría que parece percibir el alcalde porteño, Jorge Castro, quien apoyado sobre una reja, analiza todo alrededor junto a su mujer, Rossana Ducaseau. "La opinión de la gente es que había que contar con más espacio. Es la primera vez que llevamos el escenario a Brasil. Hay una gran cantidad de niños. Contamos con distintos módulos y Bomberos que nos han apoyado", manifestó Castro, mientras a esa hora también se desarrollaba otra actividad del tipo "Calle de los niños" en Placilla. Una fiesta, donde los niños fueron los reyes.