Dulces liguanos a dos años de alcanzar el Sello de Origen
La evaluación de los alcances del reconocimiento entregado por INAPI está en proceso, pero en La Ligua se las ingenian para enfrentar a los comerciantes impostores de las célebres delicias de la ciudad.
Mirian Mondaca Herrera. - La Estrella de Quillota - Petorca.
El envolvente aroma del manjar y la masa recién horneada de los alfajores, palitas, almejas, cachitos, cocadas, mil hojas, merengues y empanadas de alcayota llaman a pecar. La gula y el inmimente peligro de caer en las llamas del infierno son riesgos que no importa correr, si por un instante se tuvo el placer de saborear los famosos dulces de La Ligua.
En la ciudad capital de la provincia de Petorca, el peligro de caer en la tentación está en todos lados: la carretera, el terminal de buses, las céntricas calles; en todos estos lugares está la presencia de esta agradable e inocente seducción.
Una de esas cunas del dulce pecado más reconocido de la Zona Central, es la fábrica La Liguana, donde decenas de personalidades nacionales han caído rendidas ante el inigualable sabor de estos productos centenarios. Entre ellas, la mismísima presidenta Michelle Bachelet, el 2014, durante la entrega del Sello de Origen con Indicación Geográfica.
Premio al esfuerzo
David Plaza, propietario de La Liguana y presidente de la Asociación de Fabricantes de Dulces de La Ligua, es símbolo de perseverancia y responsable de que estas delicias sean parte del selecto grupo de cuatro productos comestibles que cuentan con Sello de Origen en la Región de Valparaíso.
En enero de 2009, perdió a su padre y fundador de La Liguana, Marcelo Plaza, luego de ser chocado por un auto que participaba en una carrera clandestina.
Ese hecho marcó un punto de inflexión en su vida, porque después de duros momentos familiares, decidió tomar las riendas del negocio que sus progenitores habían fundado y trabajar por dar a conocer a nivel nacional e internacional los dulces liguanos.
Finalmente, tras fundar la agrupación que hoy preside, el trabajo de investigación de casi tres años dio frutos el 2014: el Sello de Origen ya estaba en sus manos. "Fue un reconocimiento a 115 años de historia de los Dulces de La Ligua. Nunca perdí la esperanza de que íbamos a tener la marca", comenta.
Dulces planes
¿Cómo les ha favorecido tener el Sello de Origen?. David Plaza responde de inmediato, y asegura que aún es pronto para dar una apreación contundente. "Estamos todavía en eso, porque si a tí te dan ciertas cosas tiene que trabajarlas", asegura, consciente de la responsabilidad que él y el resto de los miembros de la asociación de dulceros tienen.
Con la mirada puesta en preservar este patrimonio de la comunidad liguana para que las futuras generaciones de coterráneos puedan tener empleo y disfrutar de este manjar, Plaza comenta que están trabajando para posicionar la marca, asociándola al Sello de Origen. Con esto, buscan que los consumidores no se dejen engañar y prefieran el original.
"Queremos que la gente conozca el logo y, para eso, en un mes más aproximadamente las bolsitas de papel van a estar rotuladas y el vendedor tendrá carnet que tenga el logo. Todos los productos que salgan de la asociación tendrán ese distintivo para que los reconozcan", adelanta Plaza.