Médico asegura que la gente feliz se enferma menos y vive más
"La gente feliz tiene menos cáncer, menos infecciones y vive más años" asegura el médico neurólogo Fernando Schifferli quien lidera el equipo de neurorehabilitación en el Hospital de Peñablanca del Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota.
"Lo que más me sorprende del hombre occidental es que pierden salud para ganar dinero, después pierden el dinero para recuperar la salud. Y por pensar apasionadamente en el futuro no disfrutan el presente, por lo que no viven ni el presente ni el futuro. Y viven como si no tuviesen que morir nunca. Y mueren como si nunca hubieran vivido". La frase pertenece al Dalai Lama y define en esencia lo que postula y defiende con bases científicas, el médico neurólogo Fernando Schifferli.
El también encargado del equipo de neurorehabilitación en el Hospital de Peñablanca postula que existen bases científicas que sostienen que la felicidad, entendida ésta como la satisfacción o el placer de vivir con un sentido, incide directamente en el estado de salud física y mental de las personas.
"En mi trabajo como médico me he dado cuenta que las personas más felices tienen menos cáncer, menos enfermedades inmunológicas, duermen mejor, no tienen estrés, tienen menos infecciones, son menos obesas, tienen buenos trabajos y viven más años, en general son mucho más saludables que el resto", asegura el Dr. Fernando Schifferli.
El especialista añade que por lo mismo se ha dedicado a investigar y trabajar en el tema de la felicidad, un estado que a su juicio, "tanta falta le hace a los chilenos": Chile se encuentra en el lugar 24 en el Reporte de la Felicidad 2016 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Según precisa el especialista, fue el año 2012 cuando la ONU recomendó modificar el sistema que empleamos para medir los índices de felicidad de la población a través del ingreso.
"Desde 1950 el ingreso per capita ha ido aumentando pero la satisfacción de la vida de las personas ha ido disminuyendo. Tanto es así que en Chile, por ejemplo, hay una tasa de suicidio en jóvenes que subió un 115% en 10 años entonces la satisfacción está muy mala", reflexionó el neurólogo.
De ahí que la recomendación de la Naciones Unidas sostenga que nuestro sistema de medición se encuentra fracasado y que como país sigamos, más o menos, el sistema que tiene Bután, un reino de Asia que mide el índice per capita no en dólares sino que en índices de felicidad bruta, lo que se conoce como Felicidad Nacional Bruta, en lugar del Producto Interno Bruto (PIB), y establece así un equilibrio entre lo espiritual y lo material.
"El día tiene 24 horas. En Bután casi se prohíbe dormir menos de 8 horas y se prohíbe trabajar más de 8 horas. Y en las 8 horas que quedan, la sociedad se crea sistemas saludables: realizan educación, cultura, folclor, deporte, distracción, etc. de modo tal que en esas 8 horas que quedan, la persona está inserta en una red social, en una comunidad", precisó el neurólogo.
Para Schifferli, esto es posible replicarlo en pequeñas comunidades, porque ciertamente se requiere cambiar el foco de buscar el éxito por el éxito, a una búsqueda por la felicidad.
"Desde el 2011 hemos estado trabajando muy fuerte en el tema de la felicidad. Nos hemos percatado que Chile es uno de los países que más necesita un tratamiento urgente de felicidad, ya que la mayoría de la población ha puesto sus aspiraciones en un plano competitivo y económico. Una de las primeras consecuencias de esto es que consideramos a los otros seres humanos como extraños, casi como enemigos. Cualquier persona que llega a este país y permanece por dos días o más se da cuenta del estado de desconfianza que existe entre la población", explica el Dr. Schifferli.
Para este especialista, el grave problema en Chile es que "el Estado está en contra de los habitantes, al menos es lo que se evidencia. Porque si vemos las pensiones, la educación, la salud, hay un nivel de insatisfacción enorme. Entonces hay que hacerlo en microcomunidades", precisó Schifferli, añadiendo que existen algunos trabajos en este sentido, como el que ha realizado el alcalde de Quillota Luis Mella con el Banamor, que es un banco de trueque.
Para el neurólogo "los pueblos más felices se ubican en la línea ecuatorial. En estos países, que muchas veces tiene más carencias económicas que los sectores desarrollados, ven a las otras personas como uno de los suyos y tienen objetivos claros de vida. Aquí en Chile, por las variaciones de luz solar que existe entre el invierno y el verano, tenemos más tendencia a la depresión".
El Dr. Schifferli añade que "la felicidad tiene relación directa con los objetivos que nosotros tenemos en nuestras vidas. Muchas veces estos objetivos están ligados a aspiraciones económicas o de competencia. Ya no hay placer en lo que estamos haciendo y eso conduce a la enfermedad", agrega el médico.
Medidas objetivas
El Dr. Fernando Schifferli asegura que"hay elementos objetivos para medir la felicidad, que son científicos. Hay escalas, encuestas, cuestionarios que miden diversos parámetros del individuo. Por ejemplo: ¿Le agrada su trabajo? ¿Cuánto descansa? ¿Cómo duerme? ¿Cuánto participa diariamente con otras personas? ¿De qué modo participa con esas personas?".
"Aquí en Chile se piensa que si uno no gana suficiente dinero no podrá ser feliz. Los estudios señalan que la insatisfacción de la vida es directamente proporcional a las mejoras económicas, en la mayoría de los casos. La sensación de bienestar no está ligada a la cantidad de dinero que gane el individuo. Costa Rica es un país ejemplar que tiene índices de salud de países desarrollados y que lo han logrado dándose cuenta que la salud y la felicidad no se compran", finaliza señalando el profesional.
Menos enfermedades
Shifferli afirma categórico que está probado científicamente que las personas felices se enferman menos.
"Todos los días estamos desarrollando células canrígenas y matando células cancerígenas, pero hay hechos puntuales que nos descolocan, que nos dejan una herida muy profunda, que no supimos resolver, y es ahí que aparece, el cáncer, por ejemplo", explica el especialista.
Con la misma certidumbre, Schifferli asevera que una persona podría supera un cáncer si se propone vivir y se rodea de afecto.
"Sí, definitivamente. Cualquier terapia que sea capaz de transformar, no de cambiar, de transformar el sentido de la vida de la persona, puede llevar a una mejoría, incluso del cáncer", aseveró el especialista.
"Por ejemplo, si uno mira a una persona a los ojos con afectividad, se liberan hormonas como la occitocina que dan placer a ambas personas y se produce un efecto de satisfacción", precisa.