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Donantes voluntarios de sangre: héroes anónimos que dan vida

Conozca el noble trabajo que realiza el Centro de Sangre Valparaíso, encargado de abastecer de componentes sanguíneos a los hospitales públicos de toda la región más los de Arica, Iquique, Copiapó, Vallenar y San Fernando.
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Nicole Valverde S.

Iván Salas, de 38 años, era un estudiante universitario cuando comenzó a ser donante de sangre y vida. Todo ocurrió hace unos 15 años atrás, cuando estudiaba en Santiago y el padre de uno de sus compañeros de casa se enfermó gravemente por lo que necesitó urgente donadores.

Lo conocimos en el Centro de Sangre Valparaíso (CSV), ubicado en la calle Blas Cuevas 985 de la subida El Litre, mientras rellenaba una ficha con sus datos personales, con la clara intención de continuar donando desde la ciudad Puerto. Pues no se necesita un motivo especial para realizar este acto de nobleza pura y solidaridad con los demás. Pacientes que Iván ni siquiera conoce.

"En realidad nunca he tenido a nadie cercano que necesite mi sangre. Pero siempre que me lo han pedido he acudido", dice. Y reflexiona... "físicamente siempre me he sentido bien después de donar sangre. Es algo más allá de lo altruista, como que me siento más liviano. Pero es una cosa muy personal. Entonces hice el compromiso conmigo mismo de ir a donar por lo menos dos veces al año, y ésta es la primera vez que vengo aquí voluntariamente".

Conciencia social

Actualmente Salas es dueño de una empresa que trabaja con caucho reciclado y fabrica distintas cosas con cámaras de neumático. "Mi labor apunta directamente al reciclaje y a un estilo de vida amigable con el medio ambiente. Por lo mismo, siento que siempre he tenido una responsabilidad social, y por ahí parte todo, como una cosa súper personal", afirma.

A su vez, para acabar con los prejuicios de la donación de sangre, nuestro donante voluntario altruista -como les llaman en el Centro de Sangre a las personas que como Iván acuden libremente a donar sin siquiera conocer al receptor de su sangre- asegura que jamás se ha sentido mal después del proceso que dura 30 minutos.

"Es algo que no produce absolutamente nada malo en tu vida y sólo te toma una hora de tu tiempo. Realmente no cuesta nada. Uno entrega algo, en este caso tu sangre, y confías en que eso va a ser utilizado para un bien mayor que va a beneficiar a otras personas", dice.

Incluso, el compromiso de Salas con su rol de donante de sangre ha llegado a tal nivel que incluso se ha aguantado las ganas de tatuarse. Aunque es importante aclarar que los tatuajes no son la sentencia final definitiva que impide donar sangre de por vida. Ya que se puede donar después de los 12 meses que se hizo el tatuaje.

"Creo que la mayoría de la gente no dona sangre por miedo y también por ignorancia. Algunos piensan que les va a doler o le tienen miedo a las agujas y buscan todo tipo de excusas. Y yo pienso que no hay que esperar a que a uno le pase algo malo o tener que llegar a necesitarlo para tomar cartas en el asunto y hacer algo".

Donar vida

Jocelyn Godoy, de 28 años, llega acompañada de su madre, Viviana Espinoza, temprano en la mañana a donar sangre para la pareja de su abuelo, Liliana Brandt, a quien considera su abuela y actualmente se está sometiendo a tratamientos de diálisis, por lo que necesita transfusiones.

Ambas son de Placilla, y para Jocelyn es la primera vez que donará sangre. Su mamá ya lo hizo el año pasado, para ayudar a la madre una compañera de trabajo con quien compartía el mismo tipo de sangre. La señora estaba muy enferma y Viviana no dudó en cooperar.

Sin duda alguna, con ese gesto solidario y desinteresado hacia el ser querido de una compañera de trabajo, Viviana le entregó una hermosa enseñanza de vida a su hija que ahora imita su conducta. Lo que refleja que donar parte de uno también es una muestra de amor.

En este caso, madre e hija son lo que se define como donantes familiares o de reposición. Y en general, son personas que acuden al Centro de Sangre para donar a familiares o personas específicas que lo necesitan.

Sistema de Sangre

Para comprender mejor cómo funciona el sistema de la sangre en Chile, hay que tener en cuenta que en nuestra región se encuentra uno de los cuatro Centros de Sangre del país, que tienen la responsabilidad de abastecer de componentes sanguíneos a los hospitales públicos. Esos componentes son: plaquetas, glóbulos rojos, plasma y sus crioprecipitados.

Sumado a esto, estos organismos no sólo producen y abastecen, sino que también se encargan de captar donantes.

Es más, el Centro de Sangre Valparaíso tiene una responsabilidad mayor, ya que cubre las demandas de terapia transfunsional de la macro red constituida por los hospitales de las ciudades de San Fernando, Rancagua, Valparaíso, San Antonio, Quilpué, Quillota, Viña del Mar, San Felipe, Los Andes, Iquique, Arica, Vallenar y Copiapó.

Mientras que los otros tres Centros son el del Área Metropolitana, que cubre a los hospitales de alta complejidad de Santiago; el de Concepción, que cubre hasta la Araucanía norte; y el último Centro de Sangre que lleva dos años funcionando es el de Puerto Montt que distribuye todo el sur. Y aún falta integrar al sistema a las regiones de Antofagasta y Coquimbo, que por ahora se abastecen con sus propios bancos de sangre.

El doctor Pedro Meneses, director médico del Centro de Sangre Valparaíso, explica que antes de que existieran los centro había 200 bancos de sangre en nuestro país, que hacían una cantidad de actividades a un costo muy elevado y en medida de lo posible.

"Además, faltaban normas que unieran y permitieran que se trabajara en red. Por eso se concentraron los bancos y se crearon estos Centros de Sangre. Que no es una idea chilena, ya que en Europa viene funcionando hace décadas", afirma.

Y agrega que "nosotros pensábamos que los Centros de Sangre se iban a encargar de todos los donantes de sangre. Pero no fue así, porque no nos alcanzó. Entonces los bancos se sangre que transfunden y se llaman Unidades de Medicina Transfucional, también están recepcionando donantes. Luego, esa sangre es derivada para acá y nosotros la estudiamos, la fraccionamos, la procesamos, la guardamos y después la distribuimos".

Falta harto aún

Estimados y estimadas lectoras, es importante considerar que la sangre no se puede fabricar. Y existen enfermedades que su única opción de tratamiento es una transfusión de componentes sanguíneos, por lo que todos esos pacientes enfermos dependen de la solidaridad de las personas de la comunidad, como usted y como yo.

Y sólo se ha logrado obtener un 19% de donantes voluntarios a nivel regional, mientras que la meta del Centro de Sangre Valparaíso es llegar al 70%. Cifra que puede alcanzarse con voluntad y amor.