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En un pacto de amor pareja se suicida junto a sus mascotas

La mujer padecía de una larga enfermedad que la tenía acongojada. Además, trascendió que él enfrentaba problemas judiciales. Vecinos y cercanos están consternados con la drástica determinación que se descubrió la noche del lunes.
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Carla Olivares Rojas

Una pareja muy unida, educada y preocupada por sus tres perritos. Así son recordados por sus vecinos Jacqueline Esperanza Rojas Tapia, de 54 años, y Emilio Francisco Salazar Mendoza, de 50. Fueron encontrados muertos el lunes por la noche, junto a sus adoradas mascotas, en su casa ubicada en el pasaje La Pradera de Troncos Viejos, en Villa Alemana.

Fue un familiar de la mujer quien en horas de la tarde del lunes concurrió al domicilio a verificar que todo estuviera en orden, luego de que su hermana interpusiera una denuncia por presunta desgracia al no tener noticias de ella por algunos días.

Al ingresar se encontró con la macabra escena: Jacqueline y Emilio yacían tendidos sin vida y, junto a ellos, Pepe, Pepita y Pipín, sus tres perros.

Una parrilla con restos de carbón fue la que habría generado el monóxido de carbono suficiente para acabar con sus vidas; sin embargo, versiones aseguran que antes hicieron "dormir" a sus mascotas, a quienes acurrucaron entre sus brazos a esperar la muerte.

Salud y trabajo

Pese a que en un principio hubo cierto hermetismo entre sus vecinos, poco a poco comenzaron a conocerse las causas de la determinación de la pareja de quitarse la vida.

"Los vecinos eran muy cerrados, ellos vivían casi encerrados; eran muy simpáticos sí, salían a conversar afuera, siempre saludaban, pero su mundo eran los dos solos. Eran como uno solo", señaló Carolina Maldonado, de la casa contigua.

En una de las conversaciones con la vecina se enteró de que padecía de diabetes, que se inyectaba, que sufría de muchos dolores y que necesitaba siempre de su compañero.

"El caballero había quedado cesante y en esta última semana se había visto en la casa no más o vendiendo en la feria de las pulgas. Lo vi el jueves pasado la última vez", relató la mujer.

El lunes a eso de las 15.00 horas Carolina notó algo extraño. Una camioneta roja y gente que golpeaba insistentemente la puerta llamaron su atención. Los Salazar Rojas no eran de recibir visitas, sin embargo, a eso de las 18.00 horas confirmaría la mala noticia cuando llegó personal de Carabineros, luego de Investigaciones y el Servicio Médico Legal, quienes junto con constatar la muerte, verificaron que el hombre tenía entre sus ropas una carta de despedida dirigida a sus familiares. Por el estado de descomposición de los cuerpos, no se pudo hacer pericias en el lugar.

"Me golpeó muy fuerte la noticia. No eran malas personas, se veían muy unidos, se querían mucho y esto golpea harto. Uno nunca se imagina que van a tomar una decisión así, nunca noté nada extraño", señaló la mujer.

Un gran compañero

Pese a que tanto Carolina Maldonado como cercanos a la pareja aseguraron que Emilio Salazar había sido despedido de su trabajo en la última semana, en la empresa donde él trabajaba, Alcaíno Ingeniería Limitada, insistieron en que no era así.

Fue en horas de la mañana de ayer, en la reunión de coordinación que se realiza antes de empezar las labores, que los compañeros de trabajo se enteraron del fatal destino de su compañero. Marcela Carreño, jefa de administración y finanzas, comentó: "No entendemos nada, no sabemos qué pasó con él. El día viernes vino a trabajar, tenía varios proyectos, no sólo trabajaba acá y nunca vimos en ningún momento que él pretendiera hacer algo así. El viernes en la mañana vino a hablar con el jefe y le pidió un anticipo; cuando entró en la oficina le pregunté cómo estaba y me dijo que más o menos porque la 'Jacke' estaba mal, estaba cansada, aburrida y quería tirar la esponja", relató la funcionaria.

Jacqueline Rojas debía inyectarse insulina 5 veces al día, además había sufrido de un alza de presión y su ojo se había desorbitado, por lo que tuvo que ser intervenida y eso ya la tenía cansada y cada día más deteriorada.

"Lo que pienso, a modo muy personal, es que ella ya estaba aburrida y como ellos eran súper unidos, tomaron una decisión e hicieron lo que hicieron", señaló Marcela Carreño, consternada.

Emilio Salazar era maestro estructurero y el hecho de que no llegara a trabajar el lunes no fue sospechoso porque es habitual que los empleados realizaran labores fuera de la empresa ubicada en calle Mateo de Toro y Zambrano, en Quilpué.

Antes trabajó en Asmar donde conoció a su actual jefe, Jorge Alcaíno, quien salió de la oficina muy afectado tras conocer la noticia de la trágica muerte de quien fue su empleado por más de 10 años.

Pericias

El subprefecto José Araneda, jefe de la Brigada de Homicidios de Valparaíso, señaló que aún quedan diligencias por realizar; sin embargo, confirmó que se encontraron los dos cuerpos y los tres animales en un pequeño dormitorio que estaba completamente cerrado.

"La data estimada de muerte es de tres días, lo que cuadra con la fecha en que ponen la denuncia por presunta desgracia. De acuerdo a los fenómenos cadavéricos, podemos señalar que esto ocurrió entre jueves y viernes. Hay notas (cartas) de despedidas que son objetos de estudio, estamos esperando el cotejo caligráfico para establecer que efectivamente corresponden a ellos, pero la dinámica del sitio del suceso se condice con un acto suicida", explicó el jefe policial.