Cinthia Matus O.
Antes de que dos grandes charcos de sangre quedaran marcados en la intersección de Diego Portales con calle 3, en Quintero, las víctimas del doble homicidio se encontraban en diferentes lugares. Francisco Veas, de 22 años, se hallaba peleando con un joven que según Carabineros es conocido como "El Gastón" y Wilson Pasten, de 19, en el puerto de la comuna amarrando barcos.
De acuerdo al relato de vecinos, la pelea de Francisco, a quien también le dicen Gonzalo o "Chungungo", fue ganada por él y "a mano limpia". Y éste, eventualmente, habría sido el móvil del crimen que conmocionó a la comuna.
Testigo presencial
María Gatica, abuelita de Wilson, cuenta visiblemente afectada que con Francisco -o Gonzalo como le dice ella- eran súper amigos. "De chicos que se conocían y andaban para arriba y para abajo, juntos. Yo no puedo creer lo que pasó, los dos eran niños muy tranquilos y tremendamente esforzados. Los dos eran trabajadores portuarios", señala mientras recibe los abrazos de sus cercanos y vecinos.
El subteniente Bastián Insunza, de la Subcomisaría de Quintero, indica que los hechos tuvieron lugar a eso de las 18.00 horas del sábado, cuando Wilson y Francisco iban en un vehículo por Diego Portales y se encontraron con un Citroen de color verde a la altura de la calle 3. "Desde este vehículo se bajan dos personas y el copiloto, que llevaba una pistola en sus manos, les dispara alrededor de 9 veces a una distancia de un metro y medio", detalla el subteniente.
En este sentido, resulta primordial el relato de un testigo presencial que también iba en el vehículo de Wilson y Francisco. "Él se salvó de milagro de los disparos y narró los hechos. Contó que cuando ellos iban en el vehículo, apareció este Citroen con un sujeto que es apodado 'El Gastón' y les disparó. Luego se dio a la fuga y una camioneta blanca de un particular los auxilió", apunta el oficial.
Unas vecinas que solicitaron mantener su identidad en reserva, comentaron a La Estrella que ellas sintieron los disparos desde su casa y que asustadas salieron a mirar. "Los sentimos todos seguidos y salimos y vimos a los dos chiquillos tirados en el suelo. Wilson era el más grave y murió antes que Gonzalo, porque él, al menos se quejaba del dolor y pedía ayuda", consignaron.
Conocen al autor
En la camioneta blanca fueron trasladadas las dos víctimas, mientras que el testigo presencial se llevó el vehículo en donde iba con Wilson y Francisco.
"Nosotros sabemos quien fue. Él quedó picado por la pelea. Los chiquillos nunca anduvieron armados ni nada de esas cosas, pero él sí y nos da rabia porque mi nieto no tenía nada que ver y él también murió. A las 14.30 horas hizo su última maniobra, vino a almorzar y después lo vino a buscar el Gonzalo para salir. A las 18.30 horas tenía su última maniobra, pero obviamente no pudo ir...", se lamenta la señora María.
Alrededor de ella hay varios vecinos que aportan datos a la conversación. Como por ejemplo, Betty y Juan, una pareja que asistió a las víctimas y que tuvo la dura misión de entregarle la noticia a la mujer.
- Todavía me acuerdo cuando usted vino toda pálida a contarme esta desgracia - le dice María a Betty.
- Sí, es que cuando supe, no sabía como decirle... yo pensé que ya sabía, que ya le habían avisado, pero cuando vine me di cuenta que no y ahí le conté. Qué pena todo esto- le responde la vecina.
Juan, en tanto, rabea por la situación. "Yo iba a ver un auto cuando me encontré con la escena. Los dos ahí tirados, muriéndose... el Gonzalo se quejaba y decía 'me mató este hue...' y el otro escapando con su mamá y otras personas. ¡Su mamá sabía lo que estaba haciendo y no lo detuvo! Esto es lo que pasa por la poca justicia en este país, si la pena de muerte existiera todavía, todos estos delincuentes lo pensarían hartas veces antes de llegar y matar porque sabrían que les pasaría lo mismo a ellos, pero no, porque ellos tienen más derechos que las víctimas", manifestó.
"Antes esto no pasaba"
Los jóvenes fueron trasladados al Hospital Adriana Cousiño, en donde por la gravedad de sus lesiones no fue posible salvarlos. Respecto a la investigación, si bien en un principio la Brigada de Homicidios se había hecho parte de los peritajes en el sitio del suceso, el fiscal Mauricio Dunner, encargado del caso, derivó la responsabilidad a la Sección de Investigación Policial (SIP) de Carabineros.
"Podrán buscarlo, detenerlo y meterlo a la cárcel, pero nadie me devolverá a mi nieto. Él era un chico bueno, que tenía las cosas claras. Incluso yo le decía que no quería bisnietos y él me decía que no, que tenía que trabajar y forjar su futuro y por eso hasta se estaba haciendo su casita acá atrás. Sólo faltaba forrarla... y ahora en noviembre iba a cumplir 20 años, qué dolor tengo", expresó María Gatica.
Juan y Betty insistieron en que "antes estas cosas no se veían" y que ahora temen que en los nuevos departamentos que se construyeron cerca del sector lleguen personas conflictivas.
"Ha llegado mucho santiaguino. Aquí antes era súper tranquilo, no pasaba nada, todos nos conocíamos y apoyábamos, pero ahora anda harta gente con la droga, traficando y sabemos que cuando entreguen esos departamentos no van a hacer una selección y van a llegar varios delincuentes", declararon.
José Neira, otro vecino que vive cerca de la calle Diego Portales, agregó que era "peligroso" circular por el sector en ciertos horarios. "Nosotros escuchamos los disparos y sentimos como las balas rebotaban en los techos de las casas. Esto pasa todos los fines de semana y no hay quien lo detenga. Hace como un año que se puso malo... yo vivo hace 45 años aquí y nunca estuvo tan peligroso como ahora que ni de día uno puede salir tranquilo a hacer sus cosas", expresó.
Durante la tarde de ayer ambos jóvenes fueron velados en sus hogares, en compañía de familiares y amigos.