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querella y llamado a paralización

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Lautaro Fariña, abogado de la Federación de Conductores de la V Región, representará a la familia de la víctima en una querella criminal que interpondrá la próxima semana, en contra de quienes resulten responsables del asalto y agresión. El profesional indicó que si la justicia no revierte la medida cautelar de arresto domiciliario por la prisión preventiva del único formalizado, el gremio prepara para los próximos días una paralización de funciones para los recorridos 703, 704, 706 y 707 del terminal La Isla de la empresa Top Tour. La acción podría ser respaldada por choferes de las líneas Central Placeres, Barón y Verde Mar.

Chofer que perdió ojo en asalto: "Me arruinaron la vida"

Habló del ataque y libertad de su agresor. Familia acusa amenazas. Va querella y paro de choferes.
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Fabián San Martín D.

Rabia, impotencia e incertidumbre sobre su futuro, se mezclan en la mente de Robert Henríquez, chofer de micro que fue víctima de un cobarde asalto y agresión en San Roque, que le significó la pérdida total de su visión en el ojo izquierdo, por lo que nunca más ejercerá su actividad laboral.

Desde su cama en el hospital, este porteño de 40 años, se refiere con nostalgia a lo vivido unos meses atrás, cuando aprobó un curso Sence que le permitió obtener su licencia de conductor profesional. Así accedió a un puesto de chofer de una máquina del recorrido 706 de la empresa Top Tour en el terminal de La Isla en San Roque, cerca de su domicilio.

Los recuerdos siguen aún frescos de ese aciago domingo 25 de septiembre, cuando su vida cambió para siempre de la peor forma posible. En horas de la tarde en la calle Condell dos jóvenes subieron a su micro de forma atrevida, sin cancelar el pasaje, y se sentaron en la parte posterior. "La máquina iba llena y a la altura de la subida Washington los dos empezaron a molestar a la gente, a lanzar escupitajos", dice. Los revoltosos siguieron con su molesta actitud hasta el camino viejo a Santiago. A la altura del sector conocido como El Melón, Robert les exigió que cancelaran su pasaje. "Uno se levantó del asiento y me dijo que era 'choro, matón y ladrón' y que me iba a asaltar. Quedé estupefacto y me tiró el manotazo a los monederos con la plata. Hice el ademán de quitarle el dinero y me tiró a la calle y caímos los dos a una zanja al lado del camino".

Pesadilla

Allí los minutos se transformaron en una eterna pesadilla para el chofer. "Sabía lo que se venía y traté de incorporarme para tratar de cubrirme, porque no sabía si tenía un arma blanca o una pistola. De ahí el sujeto tomó una piedra y me la arrojó al rostro y me impactó de lleno en el ojo, quebrando mis lentes ópticos que no tuve tiempo de sacármelos. Fue una piedra de grandes dimensiones y la tiró a matarme". Bañado en sangre, y ante los gritos y llantos de los pasajeros, Robert se levantó como pudo y quiso refugiarse en la micro, pero el cómplice del agresor lo derribó de un piedrazo en una pierna. Vinieron otros golpes con un objeto contundente que señala pudo ser un palo o un fierro. Luego los cobardes huyeron. "Una señora, que desconozco quién es, me ayudó bastante y me protegió, estoy muy agradecida de ella porque me salvó", indica emocionado.

Fue llevado hasta el Van Buren y luego derivado a un especialista en Viña del Mar que le extrajo de su ojo izquierdo un trozo de vidrio de sus lentes. Ahí le adelantó el pronóstico sombrío que se confirmaría tras la intervención quirúrgica que le practicaron al día siguiente. El trauma ocular grave que sufrió fue de carácter irreversible, por lo que no verá con su ojo izquierdo. "Estoy en total indefensión... en el limbo, porque no puedo trabajar. ¿De qué voy a vivir?, ¿de qué voy a trabajar ahora? ¿Tendré que subirme a las micros en una plaza a vender dulces?", se pregunta desde su lecho.

Ayer su dolor se acrecentó al leer en La Estrella que uno de los agresores, el menor M.L.A., se entregó a la justicia, y que tras ser formalizado por robo con violencia salió feliz del juzgado con sus amigos, sacándose selfies, ya que tendrá la medida cautelar de arresto domiciliario durante los 50 días de la investigación. "Sentí rabia, impotencia, ganas de salir y hacer justicia por mi propia mano, porque justicia no hay de los estamentos que están para protegernos. No se hacen cargo y están en letargo porque no quieren actuar ni darle seguridad a la gente, en este caso particular al transporte público. No hay nada que investigar, las lesiones y las intenciones están claras, la persona está identificada, creo que 50 días es mucho tiempo para investigar. Durante este tiempo esa persona se puede escapar o dañar a otra porque sabe no le va a pasar nada. Salieron del juzgado muertos de la risa como si fuera una jugarreta de niños, pensando que lo podrán hacer de nuevo porque no les van a hacer nada", se explayó.

Robert Henríquez expresó los sentimientos que le afloran contra el sujeto que le arrojó esa piedra al rostro. "¡Que se le puede decir a una persona que no valora la vida humana!. En el asalto pudo tomar la plata y huir pero me arruinó la vida familiar y laboralmente. Está haciendo sufrir a mi familia y la suya. No creo que su madre esté feliz de lo que está haciendo, que Carabineros lo ande buscando como el delincuente que es. Tiene que pagar con cárcel lo que hizo", exige Robert, que será trasladado hasta otro recinto asistencial para comenzar un largo tratamiento de rehabilitación, apoyado por sus seres queridos y colegas.

Amenazas

Nora Pacheco, hermana de Robert, está preocupada por la salud y seguridad de su familiar, ya que acusa ha recibido amenazas de familiares del agresor, que han ido hasta su hogar a amedrentarlos para que se desistan de las acciones legales, de lo contrario "se van a arrepentir". Solicitan medidas de protección para ellos y el paciente. "Nos enteramos por La Estrella que el sujeto salió libre, pero seguiremos las instancias legales para que estos chicos paguen y esta situación no se vuelva a repetir. Hay sentimiento de rencor contra la justicia que es muy mala... dan ganas de hacer justicia por la propia mano, pero si uno lo hace sí se puede ir preso, pero ellos no porque son menores de edad. Si sigue libre como hasta ahora podría matar a cualquiera, es un peligro público para la locomoción colectiva y cualquier persona en la calle", sentenció.