Sebastián Paredes Contreras

Una verdadera cruzada por la vida es la que está llevando a cabo el veterinario Jonás Gómez, dueño y director del Hospital Veterinario de Curauma, en Placilla Oriente.

En menos de un mes, Gómez extremó recursos para salvar a los más de 25 perros que llegaron hasta su consulta con los mismos síntomas: convulsiones, salivación y obstrucción respiratoria.

¿El pronóstico? Muerte por asfixia. "A todos estos perros los están envenenando con metaldehído, un potente veneno para caracoles", señala Jonás Gómez, quien agrega que "esto es obra de una persona que a toda costa quiere acabar con los perros del sector".

El especialista hace lo que puede y con sus conocimientos ha logrado salvar la vida de varios de estos animales. El problema es que un mismo perro puede llegar a caer tres o cuatro veces en la consulta de Gómez, ya que los ataques son constantes y el veneno, al parecer, está esparcido por el sector.

"Hemos hecho la denuncia a Carabineros, pero no pasa mucho al respecto, porque los perros muertos o envenenados siguen apareciendo", señala Jonás Gómez, mientras en la mesa de atención Ashbur, un perrito café con blanco de tres años, lucha por su vida en medio de fuerte convulsiones.

"El tratamiento es llevarlos a un coma inducido, lavado gástrico, oxigenarlos y darles otros medicamentos hasta que salgan de la gravedad del cuadro. Algunos se demoran menos de un día, otros más tiempo y otros lamentablemente fallecen", dice el veterinario, quien agrega que "el tema es que este veneno es sumamente potente y mi pregunta es ¿qué va a pasar cuando un niño lo agarre? ¿Ahí recién vamos a tomar medidas con respecto a este caso?".

Fieles

Los ataques se han registrado en las inmediaciones de la calle Arturo Prat, en Placilla, y es precisamente ahí donde se encuentra una instalación de la empresa Montec, en la cual han visto cómo cinco de los once perros que tienen han fallecido producto del veneno para caracoles.

José Torres, trabajador del lugar, es quien se preocupa de cuidarlos, alimentarlos y darles cariño. "Acá todos están castrados y esterilizados, los perros son nuestros compañeros y no entendemos cómo alguien puede hacer semejante cosa. Acá se cuidan y se tratan bien, nunca le han hecho daño a nadie", señala José a la Estrella.

Los trabajadores del lugar manejan algunas teorías del autor de los posibles ataques, pero son sólo eso: teorías.

"Algunos dicen que un perro se comió unas gallinas y que el dueño de las gallinas muertas los anda envenenando. Otros dicen que una señora los anda envenenando para hacer ritos satánicos. Sea como sea, nosotros como trabajadores, amantes y amigos de estos animalitos vamos a tomar represalias contra quien siga haciendo este tipo de cosas", dice José Torres.

En total, el veterinario Jonás Gómez ha atendido a 25 perros, de los cuales han fallecido dos. Mientras que en el recinto de Montec los fallecidos aumentan a cinco, sin contar los otros canes muertos en las inmediaciones del sector de la calle Arturo Prat.

Tanto los trabajadores como el veterinario Gómez solicitan con suma urgencia que las autoridades tomen cartas en el asunto antes que quede una tragedia aún mayor a la que ya está ocurriendo.