Nicole Valverde S.
El personal municipal redobló sus esfuerzos durante este fin de semana, y sus trabajadores sacrificaron compromisos familiares y personales por el incesante trabajo en materia de aseo, inspección y fiscalización que realizan mientras la mayoría de las personas se divierte en el Carnaval Mil Tambores.
El jefe de la Dirección de Gestión Operativa, Gonzalo Díaz, afirmó que "afortunadamente, este año logramos controlar mejor el tema del aseo, debido a que se sumaron con mucha responsabilidad otras instituciones como la Armada y la misma Gobernación que comprendieron que el municipio no puede actuar solo".
De día, tarde, noche y hasta en la madrugada, los trabajadores de aseo barrían, vaciaban contenedores de basura, y limpiaban las calles. Invisibilizados entre las multitudes y el jolgorio desenfrenado de locales y visitantes de la ciudad Puerto.
Cierre de playas
Desde el municipio concuerdan con que el cierre de playas ayudó mucho en esto. Tomando en cuenta que se sacaron 300 toneladas de basura con 4 camiones y 60 funcionarios.
Además, Díaz destacó que se usaron 100 litros de agua con enzima biológica para enfrentar los orines en la vía pública por los visitantes. Y aún así el hedor se hizo sentir en el plan.
Intento de suspensión
Por otro lado, la directora de Jurídico del municipio porteño, Jeanette Bruna, aseguró que hubo tiempos en que se intentó suspender la realización del cuestionado carnaval.
"Hay precedentes que señalan que esta actividad se intentó suspender por el ex gobernador José Pedro Núñez. Y la organización de los Mil Tambores fue a la justicia ganando la acción judicial. Es por ello que el municipio no puede dejar de realizar sus labores de apoyo para que se desarrolle este evento de la mejor manera posible. En este sentido, parte de la ciudadanía que critica esta actividad debe saberlo y no apuntar con el dedo al municipio puesto que este municipio solo busca solucionar los problemas que derivan de tanta presencia de público".
Control de asistentes
Mientras, el director ejecutivo del Pladeco y Delegado del Barrio Puerto, Luis Parot, comentó que "nadie está en contra de la cultura pero lo que como municipio nos inquieta es que los asistentes, en un gran porcentaje, vengan a orinar, beber y hacer escándalos. Eso es lo que daña una actividad cultural que podría ser portada de noticias positivas. Y es destacable que los jóvenes se dediquen a la cultura y no a la delincuencia, pero es evidente que algunos que vienen externamente a este evento no son personas con educación".