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El garzón porteño que atendió a Juan Gabriel

Lo recuerda como un tipo afable y coqueto con los garzones "pintosos". Los archivos de Jorge Araya en Estados Unidos.
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Rodrigo Ramos B. - La Estrella de Valparaíso

Juan Gabriel se sentó como de costumbre, miró de reojo alrededor y le dijo algo a su asesor. Mi amigo era argentino, joven, delgado, canchero y con buena pinta, como argentino. Juan Gabriel lo pidió a él. Quedó prendado con mi amigo.

La anécdota es de Jorge Andrés Araya, porteño, que por casi medio siglo laboró de garzón en el Victor's Café, un célebre restorán de comida cubana ubicado la quinta avenida de Nueva York. Por la cercanía de Broadway, era habitual que famosos pasaran a cenar ahí. Principalmente el local era frecuentado por público latino.

Jorge Andrés Araya, hoy radicado en Valparaíso, donde mantiene una vida ligada a la gastronomía, a través del restoránNorma's, ubicado en el Cerro Alegre, y a la vez colecciona fotografías con famosos -en su época de Estados Unidos, donde no existía el selfie, logró imágenes con figuras de Hollywood, boxeadores y cantantes latinos- , rememora con cariño la figura del Divo de Juárez.

-¿Y qué sucedió con el garzón, hubo enganche con "Juanga"?-

-Al final mi amigo no quiso ir con él, porque no era homosexual. Ni siquiera por interés, porque le iba bien con las mujeres en Nueva York. A todos nos iba bien con las mujeres allá.

Jorge Andrés Araya dice que "Juanga" era un gran cliente. Siempre atento y de mucha simpatía. Cuando tenía presentaciones en Nueva York, era habitual verlo en el Víctor's Café, después de los conciertos. "Venía con hambre. Siempre fue bueno para comer. Nunca regodión".

Araya cuenta que antes de los conciertos, el equipo de productores se encargaba de generar las reservas en el restorán, y eran ellos también quienes pagaban por consiguiente Juan Gabriel no dejaba propina directamente. No obstante dice Araya, siempre les llegaba una buena cantidad de dinero por atenderlo.

Reconoce que lamentó la muerte del cantante mexicano, por tratarse de un ícono de la música latina en Estados Unidos y por lo buena onda que era con las personas. "Nunca fue un divo, como lo apodaban, fue más bien sencillo y amable", afirma Araya.