Damnificados todavía viven atrapados en una mediagua
Lo perdieron todo en mega incendio y aún no han sido reubicados en su casa. Usan baños químicos.
Tras más de dos años del aún mega incendio que azotó los cerros de Valparaíso, aún quedan algunos damnificados que pese a golpear muchas puertas, aún no logran reconstruir sus vidas en una vivienda definitiva.
Tal es el caso de Rubén Gatillón, porteño nacido y criado en el cerro La Cruz que al igual que muchos desafortunados, vio carbonizado el trabajo de toda su vida entre las cenizas de su casa destruida. El electricista, hoy retirado por sus problemas de salud, siguió el conducto regular de todos sus vecinos, pero ha tenido más contratiempos que el resto.
Cuando recibió la visita de las autoridades de la comisión de gobierno, se le informó que él debía vender la posesión del terreno para poder optar a otra casa, ya que era uno de los requerimientos, así que él y sus diez hermanos, quienes vivían todos en el mismo terreno y eran damnificados, tuvieron que renunciar a la posesión del terreno y se la cedieron a un pastor evangélico cercano a la familia, con quien acordaron la opción de cederle el terreno, pero dejándolos seguir viviendo allí, mientras se tramitaba su nueva casa. "El no me pagó nada, es como que se lo vendí pero no fue así", explica el hombre de 60 años.
Mientras se esperaba el avance de su reubicación, Rubén y su esposa, tuvieron que pernoctar en carpas para evitar que se tomaran su espacio, luego de seis meses recibieron una mediagua por parte de la municipalidad, la que sería un hogar temporal, pero no ha sido así. Rubén ha vivido durante dos años junto a su esposa María Antonieta Muñoz, de 52 años y su hijo Rubén, hoy de 18 años, en una mediagua de un ambiente, con las camas apiladas en un rincón, un piso desnivelado y otras deplorables condiciones. No tienen agua en cañerías, así que tienen que suministrarse con bidones. Lo más incómodo es su baño.Poseen dos baños químicos, que son su única alternativa para hacer sus necesidades, son dos casetas con el piso resquebrajado y el techo agujereado. "En invierno es terrible, está lleno de tierra y cuando llueve se forma un barrial, calcule que para ir al baño con lluvia tenemos que entrar con un paragua porque el baño se llueve", se lamenta.
Descalificados
Las esperanzas de poder cambiarse definitivamente a su casa definitiva se esfumaron hace un año cuando a Rubén le comunicaron, mediante una carta, que ya no estaba calificado para obtener el subsidio. ¿La razón? Su esposa María Antonieta había recibido hace algunos años un pequeño terreno en el sector de Lambecho, que fue comprado por la madre de esta en el año 1988 para que sus nietas, o sea las hijas de María, tuvieran un lugar donde vivir. Esta propiedad fue identificada en una carta del conservador de bienes raíces que decretaba la mala noticia: ya no eran aptos para ser beneficiados, porque supuestamente tienen un lugar donde vivir, aunque allí vive una de las hijas de María Antonieta en una pequeña mediagua, y naturalmente, no la iban a echar.
Es así como Rubén se ha cansado de golpear puertas y se siente atrapado en esta mediagua donde por largos dos años ha tenido que saber arreglárselas para comer, dormir, ducharse y, en definitiva, tener una vida digna.
2 Años, han vivido Rubén, su esposa e hijo en la mediagua, ubicada en el cerro La Cruz