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El misterio de la casona que yace abandonada en Limache

Vecinos denuncian que "siempre se llena de punks y drogadictos que hacen escándalos", pero desde que se incendió, otras cosas estarían pasando...
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Cinthia Matus O.

De día, la casona ubicada en la calle Colón de Limache, se ve tranquila. Incluso acogedora entre la espesa vegetación que la rodea. Sin embargo, este inmueble, que el pasado 5 de diciembre de 2015 fue gravemente afectado por un incendio, esconde una historia que pocos se animan a contar.

Desde que fue abandonada -hace más de 10 años- se convirtió en la guarida de punkies e indigentes que después de merodear la ciudad, llegan a beber alcohol y consumir drogas.

Los vecinos, que son reacios a conversar sobre el asunto, comentan que antes del incendio en reiteradas ocasiones denunciaron lo que pasaba pero que nadie se hizo cargo.

"Varias veces advertimos lo que aquí pasaba porque hasta nos han entrado a robar. Todos los días, sin excepción, venían desconocidos a tomar y a hacer escándalos de todo tipo. En las tardes se escuchaban los gritos, peleas y hasta la música fuerte. A nosotros siempre nos ha preocupado porque además han utilizado la casa como motel y acá hay niños", expresa uno de los vecinos que prefiere no indicar su nombre. "Me pueden reconocer porque la gente me ubica", apunta.

El incendio

Producto de estas reiteradas "fiestas", fue que se desató el recordado incendio. De acuerdo al relato del mismo vecino, los "drogadictos y vagos estaban tomando desde temprano cuando a eso de la madrugada se les ocurrió encender una fogata que con el viento se expandió".

En efecto, Bomberos tuvo que actuar rápidamente puesto que por los árboles, existía el riesgo de que las llamas se propagaran a otras propiedades.

"Cuando sintieron las sirenas y vieron que hubo movimiento, salieron apretando ra... y uno se quedó atrapado. Estaba tan volado que ni siquiera podía correr. Al final los carabineros lo pillaron cuando intentaba saltar desde el segundo piso", agrega el limachino.

Después de este incendio, los desconocidos no volvieron a asomarse. Hasta hace unos meses, cuando nuevamente se instalaron para irrumpir la tranquilidad del sector. "Ya no es tanto como antes, pero igual se portan mal. Y ojo que son súper violentos porque cuando han venido chiquillos a grabar o a hacer trabajos para la universidad, los han intentado cogotear", advierte con molestia. "Así que cada vez que vemos a alguien extraño llamamos a Carabineros altiro", añade.

No obstante, una de las causas que estaría, entre comillas, impidiendo la llegada de estos personajes, sería la presencia de "espíritus". Obviamente, como ocurre con este tipo de sucesos paranormales, nadie se atreve a decir que es cierto, pero tampoco a desmentirlo.

¿Penan?

"Eso dicen", comenta Enrique Ponce. "Hace un tiempo unos amigos fueron a hacerle una sesión fotográfica a unas chicas y cuando empezó a oscurecer una de ellas sintió que le tocaron el hombro, que se caían cosas también o que se las escondían, algo así. Yo no sé si sea verdad, pero igual es escalofriante esa casa, a mí no me gusta porque siempre hay vagos que te quieren pegar", expresa.

Otra vecina que se identifica como Pamela M. de la misma calle Colón señala: "A mí no me gusta hablar de esas cosas por las vibras, pero he escuchado que desde que se quemó la casa han pasado cosas raras.

Que aparecen sombras, se escuchan gritos y se caen cosas. Yo no lo he visto, pero la carga es fuerte".

Otros vecinos, a quienes les molesta hablar del tema, simplemente anunciaron: "Con todo lo que han hecho ahí, demás que algo malo quedó, pero no nos consta".

Registros en Youtube

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Jorge Álvarez, fotógrafo, subió un video a Youtube con registros de la casona. Si bien el joven la visitó junto a sus amigos de día, no deja de manifestar que se siente algo extraño. "Está quemada pero igual hay buenos lugares para hacer fotos. Queremos ir con un grupo en la noche porque dicen que penan cuático y queremos ver qué onda", declara. Sus seguidores en la red social también reafirmaron este mito, agregando un detalle interesante. "Esa casa la compró un feriante y él vendió el terreno de abajo donde está como un condomio. Qué pena, era genial. Esa casa estaba llena de mujeres en la piscina sin ropa", escribió Alejandro Ahumada.