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Viñamarino a punto de perder la visión por inusual enfermedad

Un severo hipertiroidismo hizo que ya perdiera uno de sus ojos. Claudio Araya lucha para conseguir los recursos para operarse.
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Sebastián Paredes C.

Han sido tres años en los que Claudio Araya Ramírez ha debido vivir literalmente un infierno.

Y es que de un día para otro le comenzó a fallar la tiroides. Luego de un par de chequeos médicos los doctores determinaron que padecía hipertiroidismo, el cual se había manifestado a través de sus ojos.

Lentamente sus ojos comenzaron a hincharse y su visión a debilitarse. "Se hincharon mucho y hace un tiempo el globo ocular izquierdo se me salió; perdí ese ojo", señala Claudio al diario La Estrella de Valparaíso.

El hombre de 50 años, padre de tres hijos y que por más de 15 fue garzón en el Portal Álamos de Viña del Mar, vive un calvario.

"Los dolores son muchos y también la impotencia. No puedo trabajar y ahora es mi mujer la que debe salir para traer el sustento a la casa", señala el hombre mientras ofrece productos de Halloween en plena calle Arlegui. "Tuve que salir a la calle para tratar de hacer algo de dinero. Al comienzo me daba mucha vergüenza, pero esto es lo único que me queda", agregó.

Contra el tiempo

Claudio ha buscado ayuda golpeando distintas puertas y no le ha ido muy bien.

"Sólo me dan tratamientos que duran un tiempo, pero la verdad es que yo necesito estar bien, mejorarme", señala Claudio, quien necesita urgentemente ser evaluado para una carísima operación.

"Hace poco me trataron con corticoides para bajarme la inflamación de los ojos. Estuve hospitalizado y cuando me dieron el alta los problemas volvieron", declara el viñamarino, quien tiene toda su fe puesta en una operación a sus ojos.

"Es una operación carísima de casi seis millones de pesos, con los cuales obviamente no cuento", relata angustiado Claudio, quien agrega que "estoy contra el tiempo porque si esto sigue avanzando voy a perder mi otro ojo y quedaré completamente ciego".

El hombre de 50 años confiesa que atraviesa por el peor momento de su vida. La imposibilidad de hacer cosas y de verse con sus ojos prácticamente desfigurados a diario lo han hecho caer en una profunda depresión, de la cual no puede salir.

"A veces no tengo ganas de levantarme. Esto es algo que le pasa a una persona en un millón y justo me tocó a mí", finaliza.