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[Cultura Urbana]

Mujeres artesanas de La Dormida rescatan tradición

Con el apoyo del convenio INDAP-PRODEMU ya lograron su primera producción, reviviendo la ancestral artesanía de la cultura Aconcagua.
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Redacción - La Estrella de Valparaíso

En la cuesta La Dormida en la comuna de Olmué, existe una tradición alfarera que aún persiste con unos pocos artesanos que trabajan la greda, heredada de la antigua cultura Aconcagua, población indígena que habitó esta zona entre los años 900 y 1536 cuando se produjo la llegada de los españoles y cuya expresión artesanal más conocida fue la alfarería.

Y es esta antigua tradición cerámica la que hoy mueve a seis mujeres de la agrupación "Artegres Manos Artesanas" de este sector, que desde principios del presente año integran el programa de Formación y Capacitación para Mujeres Campesinas, convenio INDAP - PRODEMU y que están empeñadas en recuperar las prácticas y técnicas ancestrales de esta cultura.

Trinidad Retamal es presidenta de esta agrupación y reconoce que el principal objetivo que las reúne es "poder recobrar la creación de productos con nuestra propia tierra. Por el momento, nosotras estamos trabajando la cerámica gres, pero nuestro fin es volver a trabajar la greda. Queremos hacer renacer esta tradición que existía en la cuesta, desde la época de Pedro de Valdivia, donde se usaban vasijas de greda y recobrar lo que hacían nuestros antepasados de la cultura Aconcagua y reproducir los diseños y técnicas que usaban en la época".

A pesar del corto tiempo que estas mujeres campesinas llevan trabajando la cerámica gres, ya cuentan con su primera producción, la que pudieron exhibir en la feria que se realizó en Valparaíso con motivo de la "Semana de la Pyme" y que sorprendió a los transeúntes por la calidad del trabajo y la innovación en sus diseños.

Trabajo en greda

Y en este exitoso emprendimiento han sido claves dos de las integrantes de este grupo que trabajaron la greda hace más de 30 años y que manejan las antiguas técnicas de la alfarería. Una de ellas es María Teresa Lizama, quien comenta que "yo trabajé en el año 80 en artesanía en greda, ayudaba a pulir los productos y luego a cocerlos. Ahí aprendí, luego se terminaron los talleres, pero me quedó esa práctica y hace pocos años lo volví a retomar. Vi que había greda en mi casa, la amasé y luego comencé a crear platos y bandejas, lo cocí en el fuego y al otro día estaban mis platos hechos. Cuando nombraron este proyecto lo tomé de inmediato. Ha sido muy hermoso estar recuperando esto".

Trinidad Retamal reconoce que el apoyo del convenio INDAP-PRODEMU ha sido el puntapié inicial para echar andar este proyecto: "Para nosotros ha sido como la base para recobrar todo lo que nosotros pretendemos. Hace un tiempo teníamos la idea, pero no teníamos apoyo de nadie. La gente del convenio supo que existíamos y que teníamos esta iniciativa y nos apoyaron. Es una tremenda bendición para todas, un gran apoyo para nuestros hogares y una gran oportunidad de poder tener un negocio propio".

Entre los productos que elaboran estas mujeres campesinas de La Dormida están tazones, platos y todo tipo de vasijas, que por ahora trabajan en cerámica gres - que es una pasta cerámica formada por arcilla y otros materiales - y que su principal característica es la dureza y baja absorción de agua.

Trinidad explica que "usamos diferentes técnicas para ahuecar la masa y darle forma, después debe ir al horno por varias horas a 1200 grados, posteriormente se saca el producto, se pule y afina, se esmalta y va de nuevo al horno por 14 horas más. Al igual que la greda es muy fácil de trabajar. El 2017 empezamos con la greda que tiene la ventaja de que se puede poner al fuego para cocinar cualquier plato, con la gres y la porcelana no se puede. Queremos seguir participando en ferias, mejorar nuestras redes y ver cuáles son los productos que más nos convendría fabricar".

La directora regional de PRODEMU Claudia Schlack Vargas, sostuvo que "primero destacar la tremenda organización de este grupo de mujeres y segundo, luego de ver este lugar, el trabajo, el potencial histórico que tiene. Creo que es fundamental unirnos y trabajar en conjunto con el seremi de agricultura, con INDAP y hacer un llamado al consejo de la Cultura, para finalmente poder potenciar a estas mujeres porque esta zona rural tiene una enorme riqueza que no se ha visibilizado".

El policlínico de los libros

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Química y nicotina: Ha llegado carta

Dos escritores se conocen azarosamente en una actividad literaria y todo cambia en sus vidas. Durante su precoz relación entablan una comunicación epistolar que no sólo habla tarta sobre los detalles de su intimidades, sino que además evidencia diálogos que abarcan diferentes temáticas; desde sus inclinaciones políticas, anécdotas familiares, literatura y música. En "Química y nicotina", María José Viera-Gallo (1971) y Maori Pérez (1986) dan vida a un libro particular. Honesto y, sobre todo, valiente. Química y nicotina" es un libro que revive el olvidado género epistolar en Chile. No podríamos asegurar que este sea un texto de no ficción, pero sí se puede atisbar que a pesar de contener relatos personales, existe asimismo una cuota de fantasía que consolida lo escrito. La historia es simple, Nick (Maori Pérez) y Kim (María José Viera-Gallo) son una pareja inusual. Ella es periodista, proviene de una familia reconocida, es una escritora experimentada que ha gozado de buena crítica y además es madre soltera. Él por su parte proviene de un estrato social bajo. Reconocido en el circuito under, es un escritor de nicho, que ha cultivado una literatura experimental y al borde de los cánones. No tiene un trabajo formal y lo separan 15 años con su novia, pero estos parecen ser factores secundarios. Nick sobrelleva una vida marcada por una enfermedad psiquiátrica que lo obliga a medicarse lo que en ocasiones le ocasiona recaídas en las que su estado de ánimo decae notoriamente alterando la relación. "Antes era muy aburrida; ahora, al recibir tu carta, está completa y se me termina olvidando que soñé" anota Kim, dejando de manifiesto la importancia que para ella tiene la relación. Por su parte Nick también se muestra de manera transparente: "Lo peor de verte el otro día, cuando viniste a dejarme tu libro (del cual ya te hablaré con más detalle), fue despertar al día siguiente pensando en ti", reflexiona. En definitiva estamos frente a un volumen en donde dos escritores comparten una vida plasmada en las cartas que intercambian, desnudándose frente al lector sin tapujos, sin dobles lecturas, con un lenguaje directo y veraz. "Química y nicotina" es un buen libro, escrito de manera sumamente ágil y directa, y cuyo principal mérito es volver a situar el género epistolar en la escena literaria chilena con un relato sumamente ameno y entretenido.

"Lo peor de verte el otro día, cuando viniste a dejarme tu libro (del cual ya te hablaré con más detalle), fue despertar al día siguiente pensando en ti""

Nombre: Química y Nicotina

dirección: en librerías.