En una espectacular persecución, con dos vehículos policiales dañados y sin detenidos, terminó ayer un frustrado robo de cajero automático en el Barrio Puerto.

El incidente se registró pasadas las 05.00 de la madrugada, cuando la cámara de televigilancia ubicada en la plaza Echaurren, se posó sobre el frontis del supermercado Santa Isabel, donde un grupo de sujetos a bordo de una Hyundai Tucson gris sin patente, descerrajó la cortina metálica, para luego -con la denominada técnica del lazo o cowboy- atar un cable acerado a la parte trasera de la station wagon y al cajero automático. Pero el dispensador se hallaba bien empotrado al piso y no consiguieron su objetivo. " Se les cortó el lazo, fue una mala ejecución del modus operandi y ante la inminente llegada de Carabineros huyeron del sector", indicó el capitán Hernán Casas, oficial investigador de Labocar. Los antisociales escaparon por avenida Errázuriz hacia Tomás Ramos, siendo perseguidos por furgones policiales. Pero los ladrones tenían cobertura con un automóvil burdeo Mitsubishi Lancer, cuyos ocupantes se encargaron de esparcir miguelitos en la calzada, que pincharon los neumáticos de vehículos de la tenia Cordillera y la Octava Comisaría Florida. Cerca de las 06.00 de la madrugada, personal de la Primera Comisaría Sur de Playa Ancha, halló el automóvil al final de calle Pezoa Véliz en la población Joaquín Edwards Bello. Portaba miguelitos y llaves falsas. Fue robado el 1° de noviembre a una veterinaria en el plan porteño. La Tucson pudo fugarse. Peritos de Labocar buscaron células epiteliales con ADN de los ladrones. "Estamos realizando esta pericia con la finalidad de cotejarlos con otros dos robos a cajeros automáticos que hubo semanas anteriores, aun cuando no fue con el mismo modus operandi", manifestó el capitán Hernán Casas.

Fabián San Martín D.

Siete damnificados fue el resultado de un incendio que ayer destruyó dos viviendas en el barrio O'Higgins.

La emergencia se declaró cerca de las 5.45 de la madrugada en una vivienda de dos pisos ubicada en calle Luis Cortés, a metros de Las Camelias en la población Bella Esperanza.

Allí residía Katherine Rebeco junto a su padre Luis, de 64 años, quien dormía en una habitación del segundo nivel. "Era después de las 05.00 de la madrugada cuando sentí que mi papá gritaba. Lo fui a ver y el colchón estaba todo incendiado y se consumió súper rápido. Ahí le dije que saliéramos y les avise a las vecinas para que escaparan". Admite que su padre, con problemas de alcoholismo, regularmente al momento de acostarse a dormir prendía un cigarrillo, pero nunca antes sufrió una emergencia similar. Luis sufrió una quemadura leve en un brazo.

Las llamas se extendieron a la construcción vecina de la familia Tobar, donde se vieron afectadas unas cinco personas. Lo perdieron todo en el segundo piso, y sólo salvaron algunas pertenencias del primer piso que tuvo severos daños por agua. Fueron catastrados por el departamento de emergencia del municipio para la entrega de víveres y frazadas. Lo que más necesitaban era camiones para retirar los escombros y trasladar los bienes que pudieron salvar. Marcela Villanueva, suplementera y ex candidata a concejal, organizó a los vecinos para ayudar a los damnificados, que fueron reubicados en casas de parientes.