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Campeones de salsa quedarían con las ganas de ir a mundial

Son los actuales sub campeones sudamericanos de salsa cabaret, y se ganaron en el escenario el derecho a pasar directo a las semifinales del torneo que se realizará en diciembre en Miami, pero la falta de recursos los tiene con un pie afuera.
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MIrian Mondaca Herrera. - La Estrella de Valparaíso.

El brillo de los cristales que adornan los trajes de Yvanny y Jonathan compite con el que emana de sus ojos cada vez que cruzan sus miradas mientras sus cuerpos se mueven cómplices al ritmo de la música de Joe Arroyo, Chi Chí Peralta o Celia Cruz.

La pista de baile en el reconocido local porteño Cubanísimo de avenida Errázuriz está vacía , pero sólo bastan algunos movimientos suyos para que el escenario se llene por completo y su instructor, Rodrigo de La Fuente (que también es tío de la joven bailarina) infle su pecho de orgullo.

La complicidad entre ambos es única y el más favorecido es el espectador. Se conocen a la perfección hace varios años, pero hace casi cuatro la unión se hizo más fuerte: una gira al sur del país para competir en Valdivia marcó el inicio de una estrecha relación que después extendió a lo sentimental.

Al principio, esa fue un arma de doble filo, coinciden los actuales subcampeones sudamericanos de salsa cabaret, pero que con el tiempo aprendieron a manejar.

"Pasaba que si discutíamos antes de salir a bailar, aunque no fuera una discusión tan grande, se notaba. Después maduramos y aprendimos que lo que pasara fuera de la pista de baile no podía afectar nuestra presentación. Cuando bailamos se nos olvidan todos los problemas que podamos tener", comenta Yvanny Álvarez, con una seguridad que llama la atención a sus cortos 20 años.

Debutantes

La segunda semana de junio estos porteños, que hoy viven juntos en cerro Rocuant, llegaron con amplios pergaminos a la quinta versión del International Chile Salsa Congress en Rancagua.

Entonces, los bicampeones nacionales no defraudaron; lucharon hasta el último minuto con una pareja argentina y perdieron por sólo un punto. Eran debutantes, pero eso no importó, porque el objetivo de clasificar directo a las semifinales del mundial se cumplía.

Ahora, como los mejores de Chile y con la complicada clasificación en sus manos, tienen todas las condiciones para pelear en la parte alta del podio, pero el siempre esquivo dinero los frena. Si bien el World Latin Dance Cup comienza el 12 de diciembre en Miami y ellos parten su participación el 16, están en los últimos días para pagar la inscripción. Luego vendrán los gastos de traslado, estadía y alimentación; son cerca de dos millones de pesos que cada uno necesita.

Los días corren en su contra y aunque en estas últimas semanas han hecho eventos salseros para intentar reunir los recursos que necesitan, los esfuerzos propios y de sus familias no son suficientes.

Ahora, la sonrisa que lucen cuando bailan no se repite fuera de la pista y, para su pesar, incluso de a poco se han ido resignando a perder esta oportunidad. "Estamos seguros que si no es ahora, será el próximo año, porque vamos a volver a clasificar (...) pero nos apena que por no tener plata no podamos viajar y competir, además representamos a la región y al país", asegura Jonathan Vergara.

Alto nivel

La confianza de estos jóvenes porteños en sus capacidades y de que pueden codearse con los mejores del mundo no es gratuita, porque desde que se consolidaron como pareja mostraron un nivel superlativo. De hecho, a pesar de que cuando compitieron en el nacional clasificatorio eran bailarines debutantes, por decisión de los jurados fueron pasados de inmediato a la categoría profesional.

"Ellos tienen un nivel muy superior. (...) Para nosotros como región es muy importante que ellos puedan llegar al mundial, porque a pesar de que la salsa lleva como cuarenta años acá en Valparaíso, nunca habíamos tenido exponentes tan fuertes como ellos que nos representaran afuera", asegura De La Fuente, con su opinión profesional y olvidando su parentesco con Yvanny.

Además de la natural calidad artística de ambos, que en el caso de la veinteañera es producto de crecer en el seno de una familia que gira en torno a la salsa, la complicidad que se da entre ambos sería también un factor determinante para alcanzar un buen resultado en el caso de que puedan viajar al certamen internacional.

El instructor de ambos enfatiza que "todos pueden bailar, pero tener esa química y ese complemento para poder trabajar no (...) Ellos trabajan una categoría que es muy compleja: la salsa cabaret, que es trucos, altura y eso requiere de un fiato único".

Sin salsa, nunca

Desde que compartían escenario por separado en la agrupación Salsa con Clase y después como pareja, la salsa tomó un protagonismo inusitado. Cada uno estudió una carrera: ella es Técnico Dental y él, Prevencionista de Riesgos, pero el baile siguió siendo el ingrediente más importante del perfecto plato que han conformado como pareja artística y sentimental.

Tanta es la relevancia que ha adquirido la salsa en su diario vivir, que ninguno de ellos concibe la vida sin practicarla. Ya piensan en lo que harán cuando su vida de bailarines profesionales en competencias de alto nivel termine, y lo cierto es que por nada del mundo piensan alejarse de ella. "Nos gustaría seguir hasta cuando más se pueda, para eso cuidamos mucho la alimentación y el entrenamiento. Más adelante nos gustaría seguir enseñando a más jóvenes este baile", indica Yvanny.

La difícil cabaret

Dentro de la salsa hay diferentes estilos, como la New York y la Caleña, En Línea o la Cubana. Y, entre entre ellas, una de las que conlleva mayor dificultad es la Cabaret.

Esto se debe a que este baile espectáculo incorpora figuras acrobáticas, mezcladas también con sensualidad y flexibilidad. Estas características hacen también que cada detalle del vestuario y la pista de baile deban ser revisados con cuidado.

Por ejemplo, la cantidad de cristales que se incorporan en el vestuario de cada competidor debe ser medido, porque "si llama mucho la atención, más que la cara, puede haber descuento en la puntuación", indica Yvanny. La expresión facial también debe estar acorde al ritmo de la música.

Para el instructor, Rodrigo de La Fuente no existen dudas en lo compleja que será esta categoría en el mundial. "Es muy fuerte, ya que es mucho truco, mucha altura, es un riesgo constante", señala el profesor de salsa.

Además, es enfático es asegurar que hasta un mal día puede arruinar el trabajo de meses. El formador de estos jóvenes manifiesta que "uno se puede preparar por mucho tiempo, pero también depende del momento. Si el piso está resbaloso o de repente el cuerpo no responde como debería".

Adiós desánimo

Pocos días restan para que se defina si Yvanny y Jonathan podrán viajar a Estados Unidos para representar a Chile. Sin dinero todo está en su contra, pero aún así no pierden las esperanzas de llegar a Norteamérica. Si no es este año, será el próximo, confían.

Por eso, su entrenamiento y eventos no paran en Valparaíso. De vez en cuando hay locales nocturnos que les abren las puertas para que deslumbren con su baile. Uno de ellos, Cubanísimo, donde la mayoría de los sábados se pasean por la pista de baile, como amos y señores.