Fabián San Martín y Nicole Valverde
Muy angustiada se encuentra una familia porteña tras la misteriosa desaparición de uno de sus integrantes.
Mónica Montiel reside en el cerro Barón y cuenta que el pasado 30 de octubre su hijo Sebastián Alejandro Pérez Montiel, de 25 años -el 10 de noviembre cumple 26- metió ropa y documentos en una mochila y salió abruptamente desde su domicilio.
El joven cursa 5° año de la carrera de Ingeniería Civil Biomédica en la Universidad de Valparaíso y estaba cumpliendo tratamiento sicológico a causa de una depresión. El 1° de noviembre el joven le contó a una prima, vía mensaje de texto, que se hallaba en una hostal en La Serena, pero al día siguiente sus padres perdieron contacto totalmente con el joven, ya que no contestó su teléfono celular el que hasta hoy permanece apagado.
Interpusieron una denuncia de presunta desgracia en Carabineros de la Tercera Comisaría Norte de Barón. Su padre, junto a un familiar que reside en Coquimbo, lo han buscado en distintos puntos en la IV Región y dieron con la hostal en que pernoctó. El encargado les informó que había cancelado dos noches pero sólo estuvo una y se retiró.
Los progenitores han contactado a familiares, amigos, cercanos y han pegado fotografías suyas en lugares de afluencia pero no hay pistas respecto de su paradero. En Punta Arenas también lo han buscado ya que tienen otros parientes en esa zona.
Mónica Montiel está muy angustiada por la ausencia de su hijo, y a través de La Estrella le dice que lo ama mucho y que retorne a casa ya que están todos preocupados por él. "Hay un pueblo de Dios que está orando por él y la familia tiene fe en que volverá". Su congoja es mayor, considerando que ya un hijo mayor falleció hace casi dos años. Sebastián es el único que le resta, y con el que asegura mantenía una buena relación. Sebastián tiene ojos café, mide 1.78, de contextura regular y pelo corto. Como seña particular en su nariz tiene un rasguño ocasionado por un gato.
Esperanza de padre
Alejandro Pérez, padre de Sebastián, nos contesta desde el celular de su primo que vive en Coquimbo. Cuenta que desde que puso un pie en la IV Región no ha parado de buscar a su hijo, con al esperanza de que el joven se encuentre bien, y regrese pronto a casa junto a su madre en la ciudad Puerto.
"El planeó la huida de la casa. Nosotros no nos dimos cuenta porque antes de su desaparición él se encerró en su pieza y sólo salía para comer o ir al baño. El día 28 fue al psiquiatra con mi señora, y el doctor les dijo que estaba avanzando súper bien con el tratamiento. Pero se fue el 30 y acá en La Serena se le perdió el rastro. Y en el hostal que estuvo dejó un libro que no dice muchas cosas alentadoras, producto de su depresión. Por ejemplo, escribió: 'Mañana al mediodía empiezo mi travesía".