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Exalcalde Jorge Castro: 'El tiempo para llorar todavía no ha llegado'

Ayer fue el último día de trabajo en el municipio del jefe comunal porteño tras 35 años al interior de la casa consistorial donde fue funcionario, jefe, director, concejal y alcalde.
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Carla Olivares Rojas

Fue en agosto de 1981 cuando un veinteañero Jorge Castro- hoy tiene 60- pisó por primera vez el edificio de la municipalidad de Valparaíso. Había trabajado un año en el municipio de Quilpué y el alcalde de la época Francisco Bartolucci le ofreció un cargo en la ciudad puerto.

Desde entonces que trabaja en el mismo lugar, primero como funcionario, luego como jefe de servicio y después tuvo un cargo de director. En 1992 dejó su trabajo en la planta del municipio y postuló a concejal, cargo que ocupó durante 16 años y el año 2008 fue por primera vez alcalde, ganó una reelección, pero su segundo periodo fue muy complicado: un gran incendio y una acusación por abandono de deberes lo hicieron perder la última contienda. Ayer fue su último día.

Una semana difícil

"Estos días han sido extremadamente fuertes, han sido momentos bastante complicados. Hay muchas emociones que me recorren después de toda una vida con momentos de quiebres importantes. La elección fue una situación muy fuerte, no lo esperaba, nunca pensé que iba a perder, todo decía que no habría mayores dificultades, pero nos topamos con una sorpresa mayúscula. Yo quería ganar para entregar el 90% de la obra de reconstrucción de Valparaíso", señaló.

Hoy que ya han pasado los días y la tensión ha disminuido reconoce que su desafortunada frase "¿te invité yo a vivir acá?", fue lo que marcó el comienzo del fin. "Ese día empezó la campaña municipal y yo no me di cuenta", reconoce.

"La frase hizo su daño, el contexto se eliminó y permitió dar inicio a la campaña. Con el incendio lo pase muy mal, extremandamente mal. Este segundo periodo fue un cúmulo de emociones y el habitante fue mi mejor sicólogo, el gran incendio fue la experiencia más amarga de mi vida y cuando sentíamos que íbamos teniendo logros, nos encontramos con la acusación de notable abandono de deberes y pese a que el tribunal zanjó a favor de nosotros, ya era demasiado tarde. Reconozco que no debí haber dicho lo que dije", sostuvo el hoy ex alcalde.

"aun no lloro"

El día de la elección Castro pensaba que ganaría sin embargo, no tenía preparada una celebración. Reconoce que nunca la tuvo y que en cada triunfo las celebraciones fueron improvisadas en el momento.

"Sentí mucha tristeza, pero no lloré y creo que el tiempo de llorar todavía no llega, mantuve la calma. No digo que no vaya a llorar, llegará el momento en que pueda parar, salir, tener las horas en que las cosas se vean en perspectiva, de ver las fallas y los errores. Ese día después de saludar a los apoderados en cada uno de los establecimientos volví a la casa con mi señora, con mi hijo. Todos muy afectados, no pude conciliar el sueño porque repasaba el hecho de lo que se venía. Fue un día muy largo...", dijo.

Por la vida pública ha dejado de lado la vida familiar y con sus amigos, lo que piensa retomar ahora que inicia una nueva etapa.

Para hoy Jorge Castro tiene planeado levantarse más tarde, jardinear y ordenar el desorden que tiene en su casa. "Son muchos años acá y muchos recuerdos que me tuve que llevar, tengo que ordenar papeles, desempolvar libros y guardar muchos regalos. Tengo que organizar mi desorden y eso partiré haciéndolo mañana (hoy)", sostuvo.

Le quedaron muchas obras por inaugurar como el Mercado Puerto. Reconoce que le habría gustado entregar el Parque Italia y el Auditorio Osmán Pérez Freire, entre otros.

Cambio de mando

Pese a que el cambio de mando no es hasta dentro de dos semanas más, Castro renunció a su cargo para dar inicio a una eventual campaña como Core, Intendente o Diputado.

La ley le exige no estar en ningún cargo público durante los últimos 12 meses antes de la elección que será el próximo 19 de noviembre de 2017, por ello el plazo se cumple este sábado. "Pero no me quiero ir sin reconocer a todos mis funcionarios de confianza que sirvieron conmigo, vi lealtad, entrega y ganas de hacer bien las cosas. Muchos funcionarios de carrera ingresaron conmigo a ellos les doy un abrazo, no pude hacerlo personalmente por el paro, pero les mandé una carta, ellos han sido fundamental para llevar este municipio al lugar donde estamos", finalizó.

Su madre y su esposa

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Rossana Ducaseau, su mujer, es uno de los principales puntales en la vida del ex alcalde. "La amo profundamente y le agradezco haber estado conmigo en todas las etapas, en los fracasos y en los triunfos. Siempre ha estado a mi lado, pese a que muchas veces no estuve en los momentos importantes", reconoce. Su madre es otra mujer a quien Castro tiene "botada", ella tiene 86 años y ha sufrido con cada problema que acechó al ex alcalde este último tiempo. "Quiero recuperar este tiempo perdido, ella se lo ha llorado todo, tiene guardada todas las publicaciones que se hicieron de mí y probablemente guarde esta entrevista, por eso quiero decirle que la quiero intensamente, ella me ha acompañado siempre con sus frases y sus silencios y ha tenido su mano cariñosa traducida en una empanada de pino que le quedan espectaculares. Yo soy el reflejo de lo que ella creó y ya habrá tiempo de abrazarla, de decirle que la quiero mucho y de que volvamos pronto a las empanadas".