Fabián San Martín D.

Indignación existía ayer entre las tías, padres y apoderados de un jardín infantil porteño, que se vio impedido de funcionar a causa de la delincuencia.

"Queridas familias, hemos sido víctimas de un gran robo en nuestro establecimiento, por tal motivo y por conducto regular tenemos que esperar el procedimiento policial correspondiente, y no podemos atender a sus hijos. Rogamos su comprensión", fue el aviso que a primera hora encontraron los usuarios en la reja del jardín infantil Providencia, ubicado en el ex hogar de menores de la Divina Providencia, en la parte baja del cerro Merced.

Gisella Beiza, directora del recinto que pertenece a la Fundación Bernarda Morín, dijo a La Estrella que el delito quedó al descubierto cuando arribaron a las 07.45 horas y encontraron las dependencias desordenadas. Faltaban dinero y una serie de elementos.

De inmediato se dirigieron hasta la oficina de monitoreo del sistema de cámaras de vigilancia exteriores e interiores. Allí descubrieron lo ocurrido.

La mañana del domingo, un solitario ladrón vestido con ropa oscura, de contextura regular, frente amplia y frondosa barba, que portaba una mochila en la espalda, forzó el portón vehicular que da a la calle Matucana. Una vez adentro, recorrió primero el club escolar y luego buscó la forma de ingresar a las salas de clases. Sacó las cañerías de conexión del gas, las que usó para forzar los barrotes de las ventanas y como ganchos para sacar electrodomésticos.

Cuando entró a las aulas, literalmente se "hizo la América" acopiando cosas. Se apropió de dos televisores LED, dos equipos DVD, proyectores, equipos de música, microscopio y computadores usados por los alumnos en sus aprendizajes interactivos. De una bodega se llevó cajas con zapatillas nuevas para el personal y de otras oficinas, dinero en efectivo de un proyecto y una donación del extranjero de 40 gift cards para los apoderados.

Alcancía

En la sala de recepción las tías mantenían un tarro de leche habilitado como alcancía, para que la comunidad escolar juntara dinero que donarían en la Teletón a fin de mes. Tampoco el facineroso respetó la intención altruista y lo vació sin misericordia.

En las imágenes diurnas se aprecia al inescrupuloso en el instante en que envuelve en cortinas de las salas uno de los televisores LED, y escapa tranquilamente. En las grabaciones nocturnas se le observa deambular por las dependencias cubriendo su rostro, y con un escobillón voltea las cámaras para que no capten su accionar ilícito.

Una de las situaciones que más lamentaron las trabajadoras es que el tipo sacó desde una bodega abundante mercadería -productos congelados- que estaba destinado a los 276 menores vulnerables que atienden (de tres meses a 4 años). La destrucción de las cañerías del gas de la cocina, nos les permitió a las manipuladoras la elaboración de alimentos, por lo que todos los pequeños debieron ser remitidos a sus hogares. Tanto lo sustraído como los daños en infraestructura fueron avaluados en tres millones de pesos. "Es una pena. Algunos niños estaban bien impactados. Tuve que consolar a uno que vio que en su sala no había nada", dijo la directora.

Es primera vez que el jardín sufre un robo de esta magnitud, el que fue denunciado a Carabineros, que tendría el apodo del sospechoso, que se indaga si actuó solo o con colaboración externa. Esperan que las imágenes sean una evidencia vital para el arresto del o los implicados.