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Recuerdos e impresiones porteñas tras la muerte de Fidel

El 30 de noviembre de 1971, el ex líder de izquierda estuvo por cuatro horas en Valparaíso. Un periodista y un chofer cuentan su experiencia de ese día. Cubano residente analiza la situación de su país post Castro.
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Claudia Carvajal R.

"Nadie puede visitar Chile, sin visitar Valparaíso". Esa fue una de las tantas frases que dijo en su paso por Valparaíso Fidel Castro. Si bien estuvo sólo unas horas del 30 de noviembre de 1971, dejó huella entre quienes lo vieron y escucharon aquel día. El mismo en que se llenó la Plaza Sotomayor para escucharlo, cuando toda la ciudad se vio convulsionada por el gran dispositivo de seguridad.

Según informó nuestro diario en la edición del 30 de noviembre de 1971, a última hora se cambió el programa de actividades del líder cubano lo que generó una serie de suspicacias. Esa mañana el espigón había amanecido rayado con una serie de consignas en contra de Fidel Castro. Los ánimos no eran los mejores aquella jornada. Por lo que había policías y funcionarios de seguridad por todos lados.

Y así lo recuerda el periodista Julio Hurtado, quien fuera el Jefe de Informaciones de La Estrella en esa época. "Junto con otros periodistas fui al lugar, estaba con credencial al día, había una multitud y varios cordones de seguridad, no solamente de seguridad chilena; obviamente había detectives y carabineros, pero Castro andaba con su guardia personal pretoriana y a eso se sumaban el GAP de Allende, la Brigada Ramona Parra y Elmo Catalán".

En medio de todo ese contigente Hurtado vivió un episodio que él cataloga como de "gajes del oficio". Había caído la noche cuando ocurrió. "Intenté acercarme al escenario, llegar al lugar y me lo impidió, lo cual me causó profunda molestia, un tipo de la escolta de Fidel Castro, no un funcionario chileno. Yo insistí e insistí así que él recurrió a unos detectives que estaban ahí. Me sacaron y me llevaron detenido hasta un vehículo de Investigaciones. Yo era un periodista activo, conocido, con credencial, me tuvieron un rato, preguntaron por radio y al rato me dijeron que me fuera".

Hurtado además era dirigente del Colegio de Periodistas y su arresto no pasó inadvertido. "Me llegaron adhesiones del Colegio Nacional por el atropello a la libertad de prensa. Ahora te piden credencial para cada actividad, pero en esa época era la del Colegio la que valía".

El periodista además recuerda que en la actividad en Valparaíso participó el Orfeón de CCU de Limache, que estaba intervenida y que la visita misma fue bastante controvertida, acá estábamos en el ojo del huracán. Opositores de diversos partidos, entre ellos la Democracia Cristiana, se oponían a la visita y hubo muchas declaraciones en contra. De todas maneras llegaron 15 mil personas a la manifestación en Sotomayor".

Con ojos de niño

Christian Jelvez tenía sólo 8 años cuando vio a Fidel Castro en Valparaíso, pero su imagen nunca más se le borró de la memoria. "Mi papá era socialista, fue Allendista toda la vida y a mis hermanos y a mí -éramos tres en ese tiempo- nos llevaba a todas las concentraciones políticas y en este caso a la visita oficial de Fidel Castro".

Christian recuerda que fueron hasta el frontis de la actual Escuela Naval. Como eran vecinos de Playa Ancha se fueron caminando y se ubicaron entre la multitud. "Ahí llegó Castro con el presidente Allende, su señora Hortensia Bussi y sus ministros...me acuerdo de José Tohá. Yo era chico y tenía 8 años, lo vi a Castro y lo que más me sorprendió fue la impronta que tenía como militar. Esta vestido completamente de militar, tenía su barba frondosa, con el quepi verde".

Este porteño, hoy dedicado al transporte de personas, cuenta que el en ese entonces Primer Ministro de Cuba, fue muy amable con quienes llegaron a verlo y que al menos en su visita a la Escuela Naval saludó de la mano a todos los que pudo. "Estuve a veinte metros de él, no logré acercarme más. Él llamaba mucho más la atención que los demás, era muy alto y se notaba que era muy afable. Estuvo mucho rato parado afuera de la Escuela Naval".

La visión de hoy

El cubano Héctor Bárzaga, preparador físico y gerente del gimnasio Salud e Imagen, lleva varios años radicado en Valparaíso y reconoce que abandonó la isla con el propósito de vivir con mayor libertad y poder pensar distinto. Y reconoce que la muerte de Fidel es algo que muchos cubanos que viven en el exilio ansiaban hace mucho tiempo.

"De todas formas esto no marca muchas diferencias porque hace diez años ya estaba en el olvido. En los últimos tres años yo viajé a ver a mis padres y ya nadie hablaba de él. Más que nada se manejaban los hilos por detrás. La comunidad cubana que vive en el exterior está muy contenta. La mayoría ha debido emigrar por causas económicas, pero en el mío fue más que nada por querer pensar libremente", señaló Bárzaga.

Este conocido profesor, advierte que quienes piensan distinto al régimen no tienen cabida en Cuba. "Él (Castro) lo dijo, los 'contrarevolucionarios no tienen espacio en este lugar'. Pero más allá de los contrarevolucionarios, son muchas personas que no compartían el criterio de cómo se hacían las cosas en Cuba. Allá no hay libertad de expresión, no hay libertad periodística, no hay libertad de acción. Todos los seres humanos podemos tener libertad de pensamiento y esa diferencia no se permitía allá".

Héctor Bárzaga cuenta que en las últimas horas estuvo conversando con un amigo en Cuba "y él me decía que la mayoría está contenta pero no pueden celebrar. Están todos los militares en la calle y se prohibió la venta de bebidas alcohólicas a cubanos y extranjeros".

Sobre el futuro, la visión de este nacionalizado chileno no es muy optimista. "Esto no va cambiar mucho, se tendrían que retirar todos los que llevaron adelante este mal llamado, para mí, proceso de revolución y desarrollo...pero Cuba está en el subdesarrollo, llevan la bandera de la salud y la educación, pero por algo ya somos más de dos millones los que hemos emigrado".