Jorge Sharp y su primer día como alcalde de Valparaíso
Con un respaldo de 46.329 votos confirmados, asumió nuevo edil porteño.
Guillermo Ávila N. - La Estrella de Valparaíso
Como aquel refrescante eslogan que inspirara una marca de perfume: "En las distancias cortas es donde un hombre se la juega". Y en tan sólo cuatro meses, eso lo hizo posible.
Recapitulemos. Valparaíso. Julio 2016. De forma piola, un magallánico de cuna, abogado de profesión de la PUCV y militante del movimiento Autonomista (liderado por el diputado Gabriel Boric) llamado Jorge Sharp Fajardo es elegido (32,8%) en unas primarias ciudadanas entre cinco candidatos por el Pacto Urbano La Matriz.
Valparaíso. Octubre 2016. ¡Cierren todo y apaguen la luz!: el "Sharpazo" deja con cuello de jirafa a dos bloques políticos en las Municipales 2016. Un 54% de apoyo electoral porteño y análisis sociológicos. Con ello, el barómetro de opinión pública: para algunos, un mesías de la nueva "revolución" desde el Puerto. Para otros, aquel populista de cuidado.
Valparaíso. 6 de diciembre 2016. Como un Jesucristo en el Templo de Jerusalén que expulsa a los mercaderes, desde la sesión solemne de instalación y juramento en el Salón de Honor de la Casa Consistorial, su enérgico "Sí, prometo" (a diferencia del 'sí, juro') es el punto de partida "para el cambio", como remarcará luego.
Familia, mocha y risas
En sus primeras horas de "Alcaldía Ciudadana" a Jorge Sharp se le ve alegre. Ha comenzado su agitada jornada en calle Condell 1490 en compañía del movimiento Autónomo, el nuevo concejo municipal para el período 2016-2020 y la familia. Su refugio.
Mientras a él lo eclipsan las cámaras, su nona, como prefiere ser llamada la abuela de origen croata, doña María Isabel Galetovic, describe así el histórico momento: "Orgullosa de mi nieto. Siempre supe que llegaría lejos". A su lado, la madre de Sharp, Leonor Fajardo, asevera que son una familia muy unida, "choclonada, como somos en Punta Arenas". Y nos revela un dato: "En octavo básico, Jorge me dijo que algún día será presidente de Chile". A paso gallardo, Jorge Sharp padre, resume: "Nunca lo pensé. Pero él siempre fue presidente en el colegio, universidad y ahora esto. ¡Feliz!".
Ataviado en una sobria vestimenta casual, la pinta de Jorge Sharp Fajardo va a tono con su cabellera peinada y barba recortada, mientras avanza sonriente para el hall del primer piso como alcalde. Atrás, sus devotos no le pierden pisada a la vez que se enfrentan con gritos de "¡sí se pudo!" y "no" a cada arenga en contra proveniente de los trabajadores del puerto que defienden la construcción del nuevo terminal T2. La masa humana que se da cita en la Casa Consistorial a eso de las 17 horas se torna de panal de abejas. Y cada cual muestra sus aguijones.
El concejal DC Eugenio Trincado pone prisa, "ahora salgo a trabajar a los cerros". Atrás, monseñor Gonzalo Duarte le daba su bendición al nuevo edil.
Daniel Morales, concejal (Ind) viene con harta adrenalina. "Tenemos las ganas y estamos armando un buen equipo".
Josefina Letelier, presidenta de las tejedoras y artesanas de Valparaíso, hace sonar lo que llama "las manos limpias". Y le lanza piropo: "Sharp es lo que necesita nuestra ciudad". Hay vítores, tal cuadrilátero. Entonces, se repliega y busca aire. Como en el boxeo (y algo de eso hay en toda política), Sharp encaja combo a los poderes fácticos: "Los cambios van a impactar para siempre en la historia de la ciudad". Pero baja la guardia ante cierta consulta, "tenemos que hacernos cargos de los distintos procesos judiciales". Luego arremete con un gancho: "Estamos marcando un camino a nivel nacional". Y aplica recto ganador: "Un puerto que produce 3 mil 600 millones de dólares anuales y no queda ni un peso para la ciudad. ¡En qué modelo de equidad cabe eso! No esconderemos los problemas bajo la alfombra: pondremos sobre la mesa".
Y Sharp vuelve a sonreír. Como el refrescante eslogan, a la espera de dejar un buen aroma.