Manuel Gómez Poblete
Era una escala compleja -la del cierre ante O'Higgins en el Estadio El Teniente- pero no por ello... para irse de boleta y menos, con los brazos caídos desde la capital de la VI Región.
Y así lo sentían tanto jugadores como los propios hinchas de Wanderers, quienes se habían puesto como meta, llegar a los 21 puntos en el torneo de Apertura. No obstante, la realidad en el campo de juego fue muy distinta... pero no porque O'Higgins fuese una "máquina de hacer buen fútbol", sino por las facilidades que otorgó el elenco de Eduardo Espinel, fallando abajo y arriba.
Es cierto, el 0-4 es mucho castigo para un Wanderers que desde la media hora del primer tiempo y hasta los primeros 15 minutos de la etapa de complemento, tuvo al menos cuatro ocasiones claras de gol, partiendo por un remate bajo y ajustado de Parraguez (que luego salió por lesión), hasta las torpes definiciones de un Rubén Farfán que si bien se las creó solito... no supo definir. El juvenil Luis García también tuvo un mano a mano con el golero Pinto, pero, historia repetido... su remate fue directo a las manos del golero.
Por el bando opuesto, O'Higgins fue letal en ofensiva, sellando una victoria a través de los tantos de Barriga, Márquez, Insaurralde y Lezcano.
Lo preocupante: es que en todos los goles, la ayuda de los centrales y defensores caturros, fue más que evidente. Ejemplos claros en los casos de Oscar Opazo (que se olvidó que era el lateral izquierdo) y el bajo nivel de la dupla de "Marios" (López yParra), quienes estuvieron particularmente débiles ante las arremetidas celestes.
En definitiva, Wanderers dio pelea hasta que quedó 0 a 2 abajo y de ahí... se derrumbó. Si incluso Castellón, siempre tan presto a jugarse la vida por los colores verdes, se vio algo resignado ante un Wanderers que perdió el rumbo y que deberá mejor mucho -y reforzarse bien- para no pasar sustos con el descenso en el 2017.