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Las chanchas regresan en gloria y majestad a los cerros de Valpo

Este fin de semana se hará una carrera de carretones en el cerro Mariposas.
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Constanza R. Álvarez - La Estrella de Valparaíso

Las chanchas, carretones fabricados con madera reciclada y rodamientos, fueron en la década de los '60 un emblema de Valparaíso.

Así lo recuerda Juan Caña, quien valientemente dice "yo" cuando preguntan quién quiere probar una de las chanchas fabricadas por los vecinos del cerro Mariposa.

Así fue como este hombre, que hoy tiene 58 años y que va a participar en el "Campeonato de Chanchas Cerro Abajo", retrocedió cinco décadas y volvió a su niñez, cuando pasaba las tardes tirándose con su chancha por las pendientes del puerto.

Y es que estos carretones no sólo fueron la entretención de los niños de la época: también fueron una forma de cumplir un sueño, para muchos inalcanzable.

"Fue el sueño de tener un autito", explica Daniela Guajardo, profesora de Filosofía de la Universidad de Valparaíso y una de las productoras de este inusual campeonato. Agrega que esto se debía a las precarias condiciones económicas de las familias porteñas en la época.

Las chanchas fueron tan populares, explica, porque los niños juntaban un par de tablas, una cuerda que les servía de manubrio, cauchos de neumáticos y rodamientos que conseguían en las maestranzas, para hacer sus vehículos.

"Lo más difícil de conseguir era el perno que permitía el movimiento del eje delantero de la chancha", explica Daniela Guajardo, quien dice que las chanchas son parte del patrimonio intangible de Valparaíso.

Algunos niños suertudos tenían sus propias chanchas, pero otros tenían que compartir el juego con las labores domésticas del hogar, por lo que no era difícil encontrarse con algún niño subiendo las empinadas calles del puerto con un balón de gas nuevo o regando la basura cerro abajo, luego de que su madre le encargaran ir a botarla a algún vertedero.

El nombre de las chanchas nació luego de que los niños se dieran cuenta de que los rodamientos de los carretones, que son de metal, al contacto con el pavimento, sonaban igualito a los animales.

"Las chanchas son hechas de madera y con rodamientos que son los que meten bulla, por eso le llaman chanchas", explica Ulises, quien espera expectante la carrera que se realizará en el cerro Mariposa este sábado 10 y domingo 11 de diciembre.

Ganar sí o sí

Gustavo Villarroel hijo está impaciente. Va a correr con su chancha este sábado. "Voy a ganar", repite una y otra vez, convencido, el joven de 25 años.

Esta carrera no sólo es una competencia para él, sino que es además una forma de seguir una tradición familiar, ya que su padre, Gustavo Villarroel, también tenía una chancha cuando era pequeño.

"Mi papá también se tiraba cerro abajo, pero con carretones mucho más grandes", asegura.

Es que hace cincuenta años, en una chancha se llegaban a tirar hasta cinco niños, los que entregaban su vida al conductor, quien gracias a una soga no muy gruesa, que hacía de manubrio, lograba dirigir la carreta por las calles de los cerros.

Pedro Henríquez también va a competir. Su mamá ha ayudado a la junta de vecinos del cerro Mariposa en la organización del evento y su papá está ansioso. Él también recorría las calles de su barrio a bordo de su chancha.

Pero él no es el único de su familia que correrá, ya que sus otros cuatro hermanos también participarán este fin de semana en el evento.

Las niñas corren igual

Tirarse por un cerro, arriba de unas tablas unidas con unos pocos clavos, suena, más que a deporte varonil, a uno extremo.

Y si bien en la época el machismo era mayor, las niñas también participaban y esperaban con ansias a que sus hermanos construyeran las chanchas, para subirse en patota y lanzarse cerro abajo.

"Cómo no recordar esos carretones hechos con rodamientos, mi hermano y mi primo los conseguían en las bombas de bencina. Yo era su copiloto, nos tirábamos cerro abajo y frenábamos con los pies y un palo", cuenta Ivonne Torres, quien espera con ansias ver nuevamente las chanchas por el cerro.

Cerro abajo

La carrera de las chanchas es organizada por la junta de vecinos Baldomero Castro 142-A del cerro Mariposa, con ayuda de KPP Producciones. La primera partida se dará a las 11.00 horas en la calle Cangreja y la meta está ubicada en la calle Osmán Pérez Freire, detrás del auditorio que lleva el mismo nombre.

Durante el día se realizarán distintas competencias dependiendo de las categorías de los corredores. Los primeros serán los de 12 a 18 años, sección que cuenta con una docena de inscritos.

Mientras que la segunda categoría va desde los 19 hasta los 99 años. Entre los veinte participantes anotados, está Juan Caña, quien es el corredor con mayor edad del evento.

La diferencia es que en esta oportunidad, todos los competidores, incluido él, tendrán que utilizar cascos y rodilleras como medida de seguridad. Y al final de la calle los estará esperando una muralla de neumáticos, que servirá de freno, para que nadie pase cerro abajo...