Carla Olivares Rojas

Experiencias para nada agradables pasaron estos últimos días los usuarios de Metro quienes lidiaron con un sujeto que quería agredir a un músico con un martillo y con otros antisociales que dejaron por completo rayados los vagones de uno de los trenes.

El primero de los casos ocurrió el pasado miércoles a eso de las 16.00 horas en un viaje con destino a Valparaíso. Fue en la estación de Quilpué donde comenzaron los problemas.

"Se sube un músico a tocar y a la vez se suben unos tipos que dicen que son ex reclusos y que venden parche curitas, son cuatro. Uno de ellos empezó a gritarle garabatos al músico y al parecer era porque una vez el músico no lo dejó pasar a vender porque estaba tocando. Entonces el tipo fue al otro vagón y vuelve con un martillo, le decía 'te voy a pegar, te voy a matar'. Entre los pasajeros trataron de afirmarlo y le quitaron el martillo y el tipo pedía que se lo devolvieran porque decía que era de la mamá", relató María Francisca Aguilar quien grabó toda la situación.

Los pasajeros se asustaron e incluso iban mamás con niñas que estaban aterradas frente a esta situación.

"Uno de sus amigos lo calmó y luego pidió disculpas. En la estación El Salto lo bajaron, pero no había guardias, sólo un funcionario mientras el tipo seguía gritando 'donde te pille te voy a matar'. El tren iba lleno, muchos niños asustados. Yo viajo todos los días y nunca había visto algo así, los guaridas se dedican a bajar a los músicos y frente a estas situaciones nunca están. La seguridad deja mucho que desear", dijo.

Grafitti

Pero esto no fue lo único ya que el jueves, otro grupo de pasajeros se encontró con un grupo de grafiteros que atacaron unos de los vagones en Villa Alemana. El hecho sucedió en la estación Sargento Aldea a eso de las 20.30 horas en un tren que viajaba a Valparaíso.

"Yo iba en el piso con mi polola y sentí olor a pintura y los gritos de una niña. Me levanto y veo que están rayando el tren y el tren se quedó detenido mucho rato con las puertas abiertas, más de la cuenta y eso que no había pasajeros esperando", señaló Cristóbal Gallardo.

El estudiante de inmediato sacó su teléfono celular y comenzó a grabar, la gente reclamaba y les golpeaba los vidrios a los grafiteros para que se fueran, pero nada los amedrentaba.

Eran entre dos y tres sujetos que dibujaron la carrocería, además habían otros dos sentados en la estación con latas en las manos. Uno de los pasajeros intentó detenerlos, pero no evitó los rallados.

"Después de un rato se cerraron las puertas y el tren se fue, la gente reclamaba que nadie hacía nada y los ciudadanos tenían que hacer justicia, pero nadie se podía meter porque no sabíamos quienes eran, con la misma lata podían tirar pintura a la cara y es peligroso, podrían haber entrado al tren y cero seguridad, todos se preguntaban porqué el Metro no partía, porqué las puertas no se cerraban o dónde estaban los guardias. La gente estaba muy asustada", relató.