Manuel Gómez Poblete

Es uno de los cuatro restaurantes más antiguos y tradicionales de Valparaíso (fue inaugurado en 1934) y, por lo mismo, al asomarse -hace unos días- uno de esos letreros de... "se vende" en sus vitrinas, claro que llamó la atención.

Y es que mal que mal, el Bar Restaurant "San Carlos" de calle Las Heras (casi al llegar a Colón), es parte del inventario gastronómico de Valparaíso, gracias a sus típicos, sabrosos y demandados causeos de porotos y patitas de chancho, además de sus suculentos sandwichs y platos típicos.

Ya son 82 los años de vida del mítico "San Carlos" y su actual dueña (de los derechos de llave, como ella dice), Slavka Staroselcic Vergara, dice sentirse algo cansada.

Siendo profesora de profesión y vocación, esta hija de inmigrantes de la ex Yugoslavia (hoy Croacia) asumió la administración del local el año 2000, justo después de la muerte de su padre, Iván, quien mantuvo por 54 años su querido restaurant.

Hoy, al poner el local en venta (pero ojo... quien lo compre, tendrá que mantener la línea ya existente del "San Carlos"), afloran en Slavka una serie de emociones y sentimientos encontrados.

"Es que no quiero morir acá, en el local. Yo tuve la mala experiencia de ver morir a mis padres acá y como hoy me siento, ya con problemas de salud, en los huesos, mejor parar. Y es doloroso vender, pero en la familia tampoco tengo a alguien que quiera quedarse con esto. Yo quiero vender... y no es porque esté mal el negocio, sino porque a mis 65 años y no me da vergüenza decirlo, estoy cansada. Y quiero disfrutar también lo que me queda en la vida y no estar preocupada de sanidad, inspección del trabajo o impuestos internos. Yo fui profesora básica durante 25 años y ya llevo otros 16 años acá, lo que hace un total de 41 años trabajando... es harto".

-Entre los requisitos que implica la venta, es mantener igual el local. ¿Cómo es eso?

-Yo lo vendo, pero que todo quede igual. Voy a poner una cláusula, ya que resulta que la gente que viene al San Carlos es por lo mismo... porque es antiguo y medio patrimonial. Y es de lo contrario, les va a ir mal. El restaurant tiene que seguir como tal y la gente que lo quiera comprar, tiene que entender el valor histórico que tiene este negocio".