Carla OlivaresRojas
Una condena de 15 años de cárcel es lo que está pidiendo la fiscalía de Viña del Mar por la muerte del joven Benjamín Lillo Oneto de 24 años, quien fue impactado de frente en su vehículo por un conductor ebrio cuando ambos transitaban por la avenida Edmundo Eluchans de Reñaca la madrugada del día 2 de marzo pasado.
Ayer, tras los alegatos de clausura, el tribunal decretó por unanimidad que Tomás Alberto Vives Viveros era culpable de los delitos de manejo en estado de ebriedad con resultado de muerte, delito por el que piden 10 años de presidio, y de incumplimiento de la obligación de detener la marcha, prestar la ayuda posible y dar cuenta a la autoridad de la ocurrencia del accidente, por el que arriesga otros 5 años más.
Durante el juicio, se determinó que el acusado conducía su camioneta Ford con 1.65 gramos de alcohol en la sangre y que tras el choque, el joven estudiante de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso resultó con traumas múltiples, tec grave, fractura expuesta de fémur izquierdo, fractura de tibia y peroné de la pierna derecha, neumotorax hipertensivo izquierdo, shock hemorrágico y paro cardio respiratorio lo cual ocasionó que falleciera luego de decretarse la muerte cerebral.
Familia conforme
"Estoy conforme con las exposiciones del abogado de Benjamín y del fiscal. Nosotros queremos en concreto que el mensaje que entregue el tribunal sea muy potente para la sociedad: manejo responsable y que no existan más este tipo de delitos, no podemos seguir soportando que gente conduzca en estado de ebriedad. Nada nos va a devolver a Benjamín, pero nos sirve para poder ir cerrando los capítulos", señaló Gastón Lillo, padre del estudiante.
Durante el desarrollo del juicio, Tomás Vives Viveros pidió perdón a la familia, ante esto, el padre del malogrado muchacho señaló que "nada me devolverá a Benjamín. Aunque se me ponga de rodillas aquí al frente, no va a aparecer Benjamín, no puedo aceptar la pérdida de mi hijo, si hubiese sido un accidente, es distinto, pero este no es un accidente. Él bebió y tomó la decisión de manejar, eso es delito".
Atenuantes
Una de las atenuantes que busca la defensa para poder reducir una de las penas del imputado es que Vives Viveros sí se detuvo tras el accidente y que no huyó como se estima. Se argumentó que debido a su formación como marino (estuvo 4 años en la Escuela Naval y fue expulsado) lo que quiso hacer fue "despejar el área" para evitar otro accidente.
Sin embargo, ese hecho fue desestimado por el tribunal luego de que peritos comprobaran que el vehículo se detuvo a 700 metros del impacto por fallas mecánicas y no por que el conductor así lo dispuso. "La ley establece deberes que son detener la marcha, dar cuenta a la autoridad y brindar la ayuda posible y en este caso se probó que ninguno de esos deberes fue cumplido por el imputado luego de la ocurrencia de la colisión que terminó con la vida de Benjamín (...) aquí aplicó la Ley Emilia, pero hay cuestiones que dicen relación con la aplicación de esa ley y que quedaron en suspenso hasta la impresión de la sentencia definitiva, como por ejemplo si va a cumplir un año privado de libertad o no", señaló el abogado de la familia Jaime Vera, tras la audiencia.