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La Bandita suma adeptos en Belloto 2000 y Quilpué

Llamativa escuela de fútbol mixta infantil trabaja -todos los sábados- con niños de entre 3 y 7 años.
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Manuel Gómez Poblete

Orgulloso y comprometido con los niños y el trabajo que en tan sólo seis meses ha podido desarrollar junto a su Escuela de Fútbol Mixto-Infantil "La Bandita" del sector de Belloto 2000, en Quilpué, está el profesor de Educación Física -y gestor de esta iniciativa- Oscar Leiva, quien, todos los sábados, a eso del mediodía... comparte, escucha, juega y les enseña a jugar fútbol a un puñado de entusiastas pequeñitos en las Canchas Jogo Bonito, ubicadas a un costado del Portal Belloto, en la Ciudad del Sol.

Clases que por lo general duran una hora y medio y en donde el profesor Leiva -con un entusiasmo y paciencia a toda prueba (ya que siempre hay un par de peques algo revoltosos)- realiza una serie de trabajos y ejercicios físicos y con balón, que los niños asimilan con llamativo entusiasmo y devoción.

"Esta escuelita, que la inauguramos en julio y que cuenta con alrededor de 14 niños inscritos, se caracteriza por ser de iniciación al fútbol. Y es por ello que su principal objetivo es que estos niños... se enamoren del fútbol y nosotros estamos acá para acompañarlos y mostrarles el camino. Pero más allá de eso, acá nos preocupamos de que el niño reciba un buen trato y que aprenda a sociabilizar en un buen ambiente", nos relata el profesor Leiva, quien -refrendando sus dichos- entrega en los folletos de su escuela los conceptos de unión, valores, deporte y recreación.

Más que fútbol

Con niños de entre 3 y 7 años, en "La Bandita" no sólo se corre y se juega a la pelota (pensando en iniciar a futuros futbolistas), sino que se busca integrar al niño y darle valores.

"Es por ello también que hemos buscado y gestionado varios partidos amistosos, tanto de local como visita, para que los niños se nutran de esas experiencias. Queremos que compartan con otros niños, que se den cuenta que hay otros pequeñitos jugando, que hay otros papás, que hay gente mirando y existe ambiente distinto al entrenamiento. Por ejemplo el Alexander, que es uno de los más pequeñitos con tres años y dos meses... acá llega, me saluda, corre y se siente cómodo, pero en el amistoso ante Wanderers se intimidó un poco".

Respecto al trabajo en sí, el técnico agrega que "hay aspectos claves en la pedagogía y más que en el fútbol con respecto a las edades y las etapas que están pasando. Por ejemplo, las instrucciones tienen que ser simples, una o dos cosas, también tener mucha paciencia, que todos participen, cosas así. En una clase ideal, obviamente, la idea es que estén adentro, que avisen para salir, pero aquello se va a ir logrando con el tiempo. La idea después es ir apretándolos un poquito en el tema de la disciplina, la cual tiene que ser también muy pedagógica, ya que tampoco podemos caer en el error de frustrar al niño y eso no es la idea.

-Y una clase cualquiera, ¿en qué consiste?

-La clase tiene una estructura base que obviamente se puede modificar, dependiendo de la cantidad de niños y si son más chiquititos o más grandes. Al principio hay una familiarización al balón, hacemos un calentamiento, una activación muy libre, después pasamos a aspectos que son técnicos, pero que ellos no se dan cuenta ya que están jugando. Y dependiendo del grupo, yo voy viendo los objetivos. Hay días en los que se puede trabajar de a tres, otros en pareja, pero la idea es avanzar y trabajar en equipo. Y al final, los niños siempre esperan el fútbol y ellos juegan, tienen su grito de guerra y así les vamos generando una identidad con su equipo y sus colores".

manuel.gomez@estrellavalpo.cl