Obras de Hugo Riveros llegan a su ciudad natal
En la Sala Viña del Mar se puede visitar desde mañana exposición de la obra de este militante del MIR, asesinado en 1981.
Una selección de diferentes obras del artista visual viñamarino Hugo Riveros, es la muestra que se podrá ver en la Sala Viña del Mar de la Corporación Cultural de esa ciudad, hasta el 8 de febrero del 2017.
Son 18 acuarelas, 19 dibujos, 9 pinturas y dos collages que son parte de la colección que el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos posee del artista y fueron escogidas para mostrar el universo visual de este artista, y fueron escogidas para dar a conocer su universo visual.
Este creador vivió desde su compromiso de izquierda, el dolor de los años de crisis democrática y dictadura. Su labor incluyó la formación de jóvenes en el ámbito eclesial, que fue uno de sus refugios para difundir su labor artística. Murió prematuramente, en circunstancias dolorosas, que fueron parte de una historia que el Museo busca poner en conocimiento social. Esta muestra se trata de una propuesta que cuenta con el patrocinio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, región de Valparaíso.
Esta colección destaca por una gran sensibilidad, dolor, búsqueda, pero también un gran sentido gráfico, resolución segura del dibujo, de la expresividad. Un artista que nos propone una valoración ante la ignorancia y anonimato en que han quedado muchas expresiones artísticas del Chile de los 70 y 80.
En Alemania, su viuda Myriam Silva, logró agrupar la obra y la puso al cuidado del Hamburger Institut für Sozialforschung (HIS), institución que además se encargó de su difusión en ese país y en Europa. Luego de tres décadas de la muerte del artista, su esposa e hijo deciden que los trabajos regresen a Chile y las envían al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, ya que consideraban que los cuadros pertenecían al pueblo chileno, por su valor testimonial.
Por ello, esta muestra forma parte de la disposición de su viuda de devolver este patrimonio a Chile, y que se pueda exhibir, como una forma de reintegrar al artista a su cuna originaria.