Cinthia Matus O.
Si en un restaurant usted escucha la palabra "Ceviche", lo más probable es que piense en ese exquisito plato de pescado fileteado, limón, cilantro y cebolla. Sin embargo, para su conocimiento, desde octubre del año pasado, este término también es empleado para llamar a un proyecto que científicos chilenos y norteamericanos realizan a bordo del buque Marcus G. Langseth para analizar la ocurrencia de terremotos y tsunamis.
Emilio Vera, académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile (UC) y uno de los responsables de este trabajo, explica que "Ceviche" es un acrónimo inglés-español que significa: "Crustal Examination from Valdivia to Illapel to Characterize Huge Earthquakes". En castellano: "Examen de la corteza de Valdivia a Illapel para caracterizar enormes terremotos".
Toque de humor
De acuerdo al científico, lo del acrónimo es bastante común en la ciencia, incluso para darle un toque de humor. "Es común de hacer en este tipo de proyectos conjuntos, por un lado para indicar la cooperación entre USA y Chile en este caso, y por otro para dar una rápida descripción del proyecto en lo posible con un cierto grado de humor. Hace unos años por ejemplo, estuve también en un proyecto conjunto que llamamos SEPA: 'Seismic Experiment in Patagonia and Antarctica' (Experimento sísmico en Patagonia y Antártida)", indicó.
"tHE Ceviche project"
Respecto al "Ceviche Project", el académico señala que el buque ya hizo su primer crucero de 45 días y que el día en que la Presidenta Michelle Bachelet lo visitó en Valparaíso, comenzó su segunda travesía por la misma cantidad de tiempo. "El primer crucero se hizo entre finales de octubre y principios de diciembre y fue entre Arica e Iquique. Ahora en este nuevo crucero que partió el martes, va a abarcar entre Illapel y el sur de la isla de Chiloé, con la boca del Guafo. Se tiene presupuestado que finalizará en el epicentro del último sismo ocurrido el pasado 25 de diciembre", detalla Vera.
El científico, que sólo navegó en el primer crucero por cuestiones de tiempo, señala que el estudio "no tiene ningún poder de predicción para un sismo", pero entregará una gran cantidad de datos del fondo submarino. "Con lo que se rescata finalmente, se realiza un análisis de los datos, un procesamiento que no es muy fácil, pues se llegan a imágenes de la estructura general del margen, que están en contacto con las placas oceánicas por un lado y continental por el otro. Es un conocimiento que sirve para poder entender y catalogar o hacer ciertos cálculos con un posible evento que puede ocurrir en la zona que se estudió", afirmó.