Cinthia Matus O.
Por presenciar una "pelea muy fuerte", la viñamarina Carmen Moreno perdió su vista por completo. "Tenía 32 años cuando la vi y me dio una trombosis cerebral que me dejó ciega, sorda y muda", recuerda.
Por lo anterior, todos pensaban que su calidad de vida se vería tremendamente afectada, pero Carmen, que vive en Achupallas, decidió salir adelante y esforzarse en su rehabilitación. "Con el apoyo de mi familia, mi esposo y mi madre que es enfermera, pude rehabilitarme y recuperar parte de mis sentidos. Ahora puedo oír y hablar, pero quedé ciega para siempre", explica sorpresivamente tranquila.
Desde entonces, Carmen busca hacer cosas diferentes para no quedarse encerrada en su casa. "Con el pronóstico, podría haberme quedado sin hacer nada, pero como yo no soy así y me gusta estar activa, trato de realizar actividades entretenidas. Por ejemplo, aprendí a surfear y me encantó, porque mi esposo me apoya en todas mis locuras", cuenta riendo.
Práctica laboral
Por esta positiva actitud, Carmen llegó a la Fundación Universidad de Playa Ancha, en donde durante dos meses y medio, realizó el curso de "Servicios Hoteleros con mención en inglés", que actualmente la tiene haciendo una práctica de 10 días en el Hotel MM450 del Cerro Alegre. "El curso que Carmen realizó forma parte del programa 'Más Capaz' de Sense y fue un desafío para nosotros como institución, sobre todo en la infraestructura, pero estamos muy contentos con los resultados. En este programa se le da prioridad a las mujeres de hasta 60 años y también a personas con situación de discapacidad", detalla Andrea Miranda, directora de la sede porteña de la fundación.
Carmen agrega que al principio estaba nerviosa por la práctica, pero que ahora se siente muy cómoda. "Cuando llegué el primer día de la práctica tenía mucho miedo por lo que podía pasar, pero me han tratado muy bien y me siento feliz de que me hayan dado esta oportunidad. Yo trabajo con Violeta en la artesanía, hilando collares, pulseras... de todo. Ha sido muy especial porque justo Violeta ya había trabajado con personas discapacitadas", declara.
Margarita Avsolomovich, dueña del hotel boutique, manifiesta estar muy conforme con el trabajo realizado por Carmen. "Yo estoy con la inclusión bajo cualquier concepto, por eso estoy muy feliz con ella y con su desempeño. Es primera vez que me toca trabajar con alguien no vidente, pero me encantaría que ella después de su práctica se quede trabajando con nosotros entregándonos algunas cosas. Es una luchadora y una mujer muy capaz", afirma.
"Luchadora"
Carmen demuestra lo "luchadora" que es desde el momento en que sale desde su casa en Achupallas para viajar a Valparaíso. "Salgo con mi bastón a tomar locomoción en el paradero cerca de mi casa y de ahí me bajo en calle Blanco. Una compañera que se llama Natalia y que también trabaja en el hotel me espera ahí o en el ascensor y nos venimos juntas. Ella tiene un poco más de visión que yo y ha sido muy buena y considerada", declara.