Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso
Días atrás se publicó la primera radiografía de la violencia en redes sociales realizada en nuestro país. El estudio, que fue desarrollado por la agencia de comunicaciones Simplicity, se encargó de identificar las principales características de aquellos individuos que, ocultos tras la comodidad de un escritorio, se la llevan menospreciando al otro, ya sea por ser mujer, por estar interesado en la política, por creer en una religión o, simplemente, por escribir con faltas de ortografía. Según el informe, durante el año recién pasado fueron publicados más de un millón y medio de mensajes de odio, emitidos por poco más de 500 mil usuarios distintos.
Uno de los datos más relevantes que se rescatan de este estudio, enmarcado en la realización de la campaña HDP (Hora de Parar), es que Valparaíso comparte, junto con Santiago y Concepción, los primeros lugares de violencia en redes sociales. Un 9% de los porteños utilizan las redes sociales para insultar o "trolear" al resto. Según Eduardo Bertrán, uno de los encargados de llevar a cabo este estudio, con este tipo de odiosos comentarios, de a poco se va perdiendo el sentido democrático de las redes sociales, un lugar en donde aquellas personas que no contaban con un espacio para mostrar sus demandas e intereses, pueden hacerlo.
Troleo machista
Para Bertrán, uno de los temas más complejos que queda al descubierto tras este estudio, es que muchos de los mensajes que emiten los "trolls" son misóginos, mostrando un desprecio hacia las mujeres en general, a través de fuertes insultos. "Si las mujeres se están organizando es porque nuestra sociedad aún es profundamente machista y eso queda demostrado con los comentarios que nos ha tocado ver, por ejemplo, en twitter", sostuvo.
Dentro de las motivaciones que tuvieron los encargados de Simplicity, a la hora de llevar este estudio, se encuentra su interés por contribuir a generar una nueva conciencia en torno al uso de redes sociales. "No se trata, simplemente, de establecer sanciones para aquellos que se expresen con agresividad, sino más bien que la sociedad se autoregule en redes sociales y, así, logre apuntar al "troll" como lo peor de la democracia digital, aquel que genera un clima de odiosidad entre los ciudadanos", indicó Bertrán.
Uno de los ejemplos más claros, según Bertrán del mal uso que se hace de las redes sociales, está dado por la catástrofe que vive nuestro país, a raíz de los incendios forestales que afectan a la zona centro-sur. "Aún cuando mucha gente ha utilizado las redes sociales de forma responsable, hay algunos que se han dedicado a difundir rumores o difamar y eso termina perjudicando las labores", dijo.
Por una nueva ética
Juan Carlos Molina, director del Centro e Investigación de Acción Participativa Valparaíso, señaló que lo más importante en ese sentido, es que la autorregulación de la ciudadanía, en las redes sociales, contribuya a un nuevo código ético que normalice el uso responsable de éstas. "Entre todos debemos avanzar hacia el desarrollo de un nuevo contrato social, que apele a una ciber relación de nuevo tipo", recalcó.
Según Molina, debemos partir de la base de que internet es una herramienta democrática, "capaz de involucrar a los excluidos de siempre dentro de la opinión pública". En ese sentido, argumentó que "la odiosidad, ya sea por twitter o facebook, no responde a la democratización de las redes, sino más bien, son conductas sociales que siempre han existido y que se expresan a través de estos medios".
Para el investigador, los "Trolls" son consecuencia de la descofianza en el "otro" y de crisis identitarias, dadas por la carencia de afecto y cobijo.